En su homilía, el Arzobispo de Concepción recordó siete frases del Santo Padre, resaltando su testimonio de fe, servicio y amor a la humanidad.
Con profundo recogimiento, la Iglesia de Concepción celebró este sábado 26 de abril una Misa por el eterno descanso del Papa Francisco en la Catedral, presidida por el Arzobispo Mons. Sergio Pérez de Arce SS.CC. y concelebrada por los Obispos Auxiliares Mons. Bernardo Álvarez y Mons. Oscar García.
Numerosos fieles se hicieron presentes para dar gracias a Dios por la vida y el ministerio del Santo Padre. Durante las ofrendas, junto al pan y el vino, se presentaron también las encíclicas del Papa Francisco, alimentos para quienes más lo necesitan, y el logo del Jubileo 2025.
En su homilía, Mons. Sergio destacó que “ha sido una manera de unirnos a toda la Iglesia, que agradece al Papa Francisco, que agradece a Dios el ministerio del Papa Francisco”, recordando la gran manifestación de cariño y oración que esta madrugada se vivió en Roma y en tantas partes del mundo.
Reflexionando en el tiempo pascual, el Arzobispo subrayó que “la resurrección del Señor ha triunfado sobre la muerte, y eso nos da esperanza. La resurrección nos convierte en testigos del Señor”. En este contexto, resaltó que, al igual que los primeros discípulos, el Papa Francisco fue un testigo que no siempre fue comprendido ni escuchado plenamente: “Muchas veces su mensaje no era del gusto de todos, pero era un mensaje agudo, profético, apoyado en la verdad del Evangelio”.
Mons. Pérez de Arce recordó siete frases emblemáticas del Papa Francisco que reflejan su enseñanza y su legado. Entre ellas, destacó:
“El mar Mediterráneo se ha convertido en un cementerio”, aludiendo a la urgencia de acoger y proteger a los migrantes.
“Todo se pierde con la guerra, todo se gana con la paz”, reafirmando su incansable llamado a la fraternidad y al fin de los conflictos.
“Ser privado de la libertad no es lo mismo que ser privado de la dignidad”, frase pronunciada en su visita a la cárcel de mujeres en Santiago de Chile, recordando que la dignidad humana no se pierde.
“Nadie se salva solo; únicamente es posible salvarse juntos”, expresión nacida en tiempos de pandemia, subrayando la necesidad de construir una fraternidad universal.
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”, en su permanente llamado a una Iglesia en salida.
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”, invitando a renovar cada día el encuentro personal con Cristo como fuente de gozo y esperanza.
“La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano”, asegurando que ningún acto de amor o entrega se pierde, sino que forma parte de la obra viva del Señor Resucitado.
Finalmente, el Arzobispo concluyó: “Hoy, al Papa Francisco, le decimos —como a él le gustaba pedirnos—: ‘Oren por mí’. Ahora le decimos: Papa Francisco, ora por nosotros, ora por tu Iglesia, por nuestra comunidad de Concepción, y por esta humanidad que tanto necesita el amor y la paz del Señor”.
Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 28-04-2025
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