La comunidad, junto a numerosos migrantes y turistas, vivió Nochebuena en ambiente de alegría y esperanza
La celebración de Nochebuena se inició con una presentación de villancicos al Niño Jesús. La santa Misa, que presidiera el arzobispo René Rebolledo Salinas, contó con la participación de numerosas personas que acompañaron la procesión, en la cual resaltó el Niño del Pesebre, la Palabra del Señor, ambos acompañados con el signo maravilloso de la Luz.
En su homilía el arzobispo destacó la verdad más profunda de esta Noche Santa: Dios Padre eterno envió a su Hijo Jesús, nacido de la Virgen santa, por amor a nosotros y a nuestra salvación. ¡En Él tenemos plenitud de vida!
Destacó también que al Hijo de Dios se acoge con fe, amor y entrega de la propia vida, que se ha recibido como un don.
Tuvo presente el Año Jubilar, como una bendición y gracia de Dios a la Iglesia, querido por el Santo Padre Francisco, que lo ha inaugurado con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Invitó a los presentes a acompañar a la peregrinación y a la santa Misa para la inauguración de este Año Jubilar en la Arquidiócesis, el próximo domingo 29 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Destacó que en la Convocatoria designo como templos jubilares a la Catedral Metropolitana de La Serena, el Santuario “El Niño Dios” de Sotaquí, el Santuario “Nuestra Señora del Rosario” de Andacollo y el templo “Inmaculada Concepción” de Vicuña.
Manifestó su cercanía a cuantos están sufriendo, acompañamiento de la Iglesia a los migrantes, a quienes están solos y abandonados. Para todos: “Cristo Jesús, es nuestra esperanza” (1 Tim 1).
El Templo Catedral de La Serena se llenó de fieles que, entre cantos y oraciones, celebraron la santa Misa de Nochebuena. Entre ellos se encontraba María Virginia Camargo, una joven venezolana que hace seis años llegó a Chile en busca de nuevas oportunidades. En medio de la nostalgia que caracteriza estas fechas, María Virginia encontró en la celebración un momento de esperanza y unión espiritual, reflejando en su testimonio la importancia de la fe y el anhelo de reencontrarse algún día con su familia para vivir juntos el gozo de la Navidad: “Participar en esta celebración me llenó de una paz inmensa y de la certeza de que, aunque esté lejos de mi tierra natal y de mi familia, el espíritu de la Navidad trasciende las distancias. Fue una Misa hermosa, cargada de un profundo sentido de comunidad y esperanza. Por supuesto, la nostalgia de estar lejos de mis seres queridos siempre está presente, especialmente en fechas tan significativas, pero esta noche me recordó que la fe y el amor nos mantienen unidos, a pesar de los kilómetros.
Por su parte, Lautaro Dorame, turista argentino que acudió a la celebración en la Catedral, se manifestó encantado por lo hermosa de la celebración, destacando además la belleza del templo Catedral: “Tuve la bendición de asistir a la celebración y fue una experiencia emotiva. La ceremonia estuvo llena de solemnidad y signos, con cada detalle perfectamente cuidado para transmitir el verdadero espíritu de la Navidad. Además, la belleza del templo Catedral me dejó sin palabras. Es un lugar majestuoso, lleno de historia, que invita a la reflexión y a la paz. Me siento profundamente agradecido de haber podido vivir este momento tan especial en un lugar tan impresionante y con una comunidad tan acogedora”.
Al concluir la santa Misa, los fieles regresaron a sus hogares llenos de alegría y gratitud, dispuestos a continuar la celebración de la venida del Salvador en el calor de sus familias. Esta Nochebuena, más allá de los adornos y las tradiciones, recordó a todos la verdadera esencia de esta fiesta: la llegada del amor y la esperanza al mundo a través del nacimiento de Jesús. Con corazones renovados, llevaron consigo el mensaje de paz y unidad para compartirlo con quienes los rodean.
Fuente: Comunicaciones La Serena
La Serena, 25-12-2024