Mons. Pérez de Arce en la Misa de Nochebuena: En medio de nuestra vida cotidiana “está la ternura y la bondad de Dios acompañándonos”
Con profunda alegría y devoción se vivió la Misa de Nochebuena en la Catedral de Concepción.
Con un llamado a reconocer la presencia de Dios en medio de nuestras vidas, el arzobispo de Concepción, monseñor Sergio Pérez de Arce SS.CC., presidió la Misa de Nochebuena, este martes 24 de diciembre en la Catedral de Concepción.
Haciendo alusión a la lectura del libro de Isaías, monseñor Pérez de Arce afirmó que el mensaje de esta noche es que, en medio de la humanidad, ha brillado una gran luz que permanece en medio de nosotros.
“¿En qué consiste esa luz? En que Dios está en medio de la humanidad, en que Dios se ha metido en nuestra historia. Por lo tanto, nunca el ser humano, nunca nosotros estamos botados de la mano de Dios, porque Dios ha asumido nuestra condición humana. Y nuestra historia ha sido vivida por Dios y Él la sigue acompañando con su ternura y con su misericordia. ¡Qué hermosa noticia! En medio de nuestra oscuridad, en medio de esta humanidad cruzada por los dolores, está el Señor nuestro Dios”, enfatizó.
En ese contexto animó a mirar a los pastores y a aprender de ellos, pues al encontrar al Niño en el pesebre, supieron ver en un acontecimiento sencillo y humilde la presencia de Dios. Y sostuvo que “en medio de nuestra vida, en medio de los acontecimientos cotidianos que vivimos, por sencillos que sean, por humildes que sean, está la bondad y la ternura de Dios acompañándonos”.
El arzobispo de Concepción advirtió que a veces queremos encontrar a Dios en cosas espectaculares, pero el Señor no actúa así. Y señaló que hoy los pastores nos invitan a mirar nuestra vida cotidiana, pues “allí está Dios, con su bondad y con su ternura, sosteniéndote, acompañándote, diciéndote que tú no estás solo, sino que estás acompañado por la ternura de Dios. Ese es el mensaje de la Navidad, eso es lo hermoso de la Navidad. Así que alegrémonos hoy día”.
Además, aseveró que si Dios entró en nuestra historia, nosotros tenemos que entrar en la historia de los demás para ser solidarios e instrumentos de paz y de alegría. En ese sentido, llamó a preguntarse: ¿No estaré demasiado individualista? ¿No estaré demasiado metido sólo en mi mundo? ¿Estoy atento a los demás, apoyando como Dios apoya a la humanidad, a los de mi familia, pero también a los de más lejos?.
“Celebremos esta noche esta ternura de Dios con nosotros y pidámosle que nos ayude a también ser misericordiosos y solidarios con los demás”, puntualizó.
Niño Dios
Al término de la Misa de Nochebuena, algunos fieles llevaron una vela encendida y la depositaron a un costado de la imagen del Niño Dios.
La primera vela fue depositada pidiendo que la luz de Dios brille en medio de la oscuridad de la guerra y despierte un compromiso de paz. La segunda, para que brille en medio de los pueblos de nuestro continente y promueva un mayor compromiso con la libertad, el bien común y la dignidad humana.
La tercera, para que la luz del Niño Jesús brille entre quienes sufren, para que puedan experimentar la cercanía de Dios y no pierdan la esperanza. La cuarta vela, para que brille en medio de nuestros desalientos y nos haga despertar al amor y a la fraternidad.
Y la quinta, para que la luz del Niño Dios brille en medio de nuestra fe dormida y nos haga creyentes agradecidos del amor de Dios y testigos de la alegría y la esperanza.
Tras la bendición final, todos los fieles tuvieron la posibilidad de acercarse para manifestar su amor al Niño Jesús.
Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 25-12-2024