Monseñor Ricardo Morales presidió procesión y misa en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción en Copiapó.
Como cada año, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción se celebró en el centro de Copiapó, con una procesión con la que se trasladó la imagen de La Candelaria, que se encontraba en la Catedral desde el día anterior, de vuelta a su santuario.
La procesión comenzó pasadas las 5 de la tarde desde la Catedral, iniciando un recorrido hasta calle Luis Flores, con una emotiva pausa frente al hospital, para orar por las personas enfermas y sus familias. En calle Luis Flores estaban los bailes religiosos y la comunidad del Santuario, junto al obispo, Mons. Ricardo Morales, y al rector del Santuario, p. Francisco Javier Medina. Esta procesión culminó en el altar de piedra, para celebrar la misa.
En su homilía, el obispo destacó que “aunque al ser humano le gusta la pureza, sabemos bien que estamos inclinados al pecado, y necesitamos de Alguien que no regale la perfección, Jesucristo, que nos invita a vivir como hombres y mujeres de gracia”. Dijo que “al mirar a María Inmaculada, Purísima, podemos decir que el proyecto de Dios es posible; el Señor quiere que vivamos como hijos e hijas, con la gracia y el amor que Él nos regala”, enfatizando que “El Señor tiene para nosotros un proyecto de amor”.
El Obispo terminó su reflexión diciendo que “a veces desconfiamos de Dios o nos cerramos; sin embargo, lo que él quiere es hacernos abiertos al amor”. Habló de la violencia, la guerra, la droga, “por eso, Dios nos invita a vivir ese amor, esa pureza, que no es perfección propia; el alma pura es aquella disponible a Dios”. Finalmente, invitó a “vivir en la confianza y la disposición que vivió la Virgen”.
Cabe señalar que la imagen de la Candelaria, como es tradición, se trasladó en caravana a la catedral el sábado 7 de diciembre, para retornar a su Santuario para culminar el Mes de María.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 10-12-2024