Podríamos decir que la participación de la ciudadanía en la elección de sus autoridades es el corazón de una democracia sólida, que promueve la justicia social, el control del poder y el desarrollo equilibrado en todos los ámbitos, sobre todo en el mejoramiento de la calidad de vida y bienestar de los más necesitados.
Durante este fin de semana, como ciudadanía todos los antofagastinos estamos llamados a emitir nuestro voto en los comicios para elegir los cargos de gobernador y consejeros regionales, alcalde y concejales.
En efecto, el 26 y 27 de octubre constituye un desafío para todos los ciudadanos mayores de 18 años en cuanto a participar activamente en dichas elecciones, ejerciendo el derecho a voto y cumpliendo la obligación moral y cívica de elegir y sufragar. Así se colabora en forma efectiva en la construcción de una verdadera democracia, en el marco de un estado de Derecho.
Según la tradición católica, la ciudadanía siempre ha sido un valor muy importante y la participación política una obligación: "No basta una democracia puramente formal, fundada en la limpieza de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos. Una democracia sin valores se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo" (Documento de Aparecida, 74).
El papa Francisco nos recordó hace algunos años que "debemos inmiscuirnos en la política, porque la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común. Y los laicos cristianos deben trabajar en política (...) ¡Trabajar por el bien común es un deber de un cristiano!".
Podríamos decir que la participación de la ciudadanía en la elección de sus autoridades es el corazón de una democracia sólida, que promueve la justicia social, el control del poder y el desarrollo equilibrado en todos los ámbitos, sobre todo en el mejoramiento de la calidad de vida y bienestar de los más necesitados.
Por ello, el voto de cada uno debe ser en conciencia e informado, porque también es responsabilidad cívica nuestra conocer a los candidatos, su testimonio de vida coherente, los partidos y movimientos que le apoyan y, muy especialmente, sus propuestas acerca de los temas que realmente preocupan a nuestra comunidad regional y comunal. En este sentido, resulta crucial informarse de quienes nos representarán desde el ámbito público durante los próximos años sobre todo ante al gran número de alternativas que se han presentado en estos comicios a los diferentes cargos que este año toca someter a la decisión ciudadana.
Es necesario que este fin de semana del 26 y 27 de octubre nuestro único referente sea el bien común de la sociedad. Votemos con inteligencia por programas honestos y realizables.
Hagámoslo con la conciencia sincera para hacer posible las condiciones de vida más justas y más humanas que esperamos, tanto para nosotros y nuestras familias como para todas las personas que habitan Antofagasta.
Mons. Ignacio Ducasse Medina
Arzobispo de Antofagasta
Fuente: Comunicaciones Antofagasta
Antofagasta, 26-10-2024