A continuación puedes leer una entrevista al Arzobispo electo de Concepción publicada en Revista Nuestra Iglesia.
Aunque reconoce que siente tristeza por dejar Chillán, Monseñor Sergio Pérez de Arce expresó su confianza, agradecimiento y disposición ante su nombramiento como Arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción.
Y es que el pasado 16 de mayo se dio a conocer a los fieles la noticia de que el Papa Francisco había elegido al actual Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile para esta misión y el próximo sábado 6 de julio será la Misa de Toma de Posesión Canónica, en que asumirá como pastor de la Iglesia de Concepción, una Iglesia que tiene una realidad cultural más compleja que la Diócesis de la que ha sido Obispo hasta ahora, pero en la que espera poder trabajar junto a la comunidad, porque “esto no es sólo tarea de una persona”.
– ¿Cómo fue el momento en que recibió la noticia?
Fue en la Nunciatura, el 30 de abril. Dos días antes el Nuncio me había llamado para que nos juntáramos a conversar un asunto delicado. Pensé en dos o tres temas posibles, uno de los cuales podía ser este nombramiento, pues él había dicho semanas antes en la Asamblea de Obispos que el nombramiento en Concepción venía pronto. Recibí la noticia con tranquilidad, aunque con cierta tristeza por dejar Chillán y tantos temas que recién comenzaba a abordar. Pero bien dispuesto y agradecido de la confianza que el Papa me expresaba al nombrarme.
– ¿Qué significa para usted haber sido nombrado Arzobispo de Concepción?
Una responsabilidad grande, me asusta un poco, porque es una Arquidiócesis significativa, variada, con amplios desafíos. En una realidad cultural que es más compleja que Chillán, que es más homogénea y tradicional. Pero en general soy sereno y creo sinceramente que uno tiene que hacer todo lo que esté en sus manos, pero a la vez poner todo en manos de Dios. Y también confío en lo que podamos hacer juntos, esto no es sólo tarea de una persona.
– ¿Qué se lleva de la Diócesis de Chillán?
Chillán es el “primer amor”, la primera comunidad para la que fui llamado a ser obispo y guiarla como buen pastor. Eso marca tu vida, es tu primera esposa y ha sido una buena esposa. He tenido una buena experiencia, no sin problemas, pero es una comunidad que se ha ido levantando y tiene mucha vida. En Chillán he ido aprendiendo a ser obispo. Así que me llevo el cariño, una experiencia pastoral y de gobierno aprendida, muchos buenos encuentros, asambleas, eucaristías, y el buen ejemplo de numerosos sacerdotes, diáconos, religiosas y fieles laicos.
– ¿Qué imagen tiene de la Iglesia de Concepción?
Creo que nuestras diócesis en Chile se parecen en lo sustancial, en lo que sucede en la vida parroquial, en la catequesis, los jóvenes, los colegios, la pastoral social. Los desafíos son bastante coincidentes. Quizás lo diferente como imagen está en una cierta mayor incidencia de la Iglesia en la vida social y política, en una mayor presencia de un mundo no religioso en el ámbito cultural y en una mayor presencia de cristianos evangélicos, sobre todo en la zona de Coronel, Lota y Arauco. Y también es relevante la existencia de una Universidad Católica y de un Seminario Mayor, que ojalá podamos reabrir más temprano que tarde.
– ¿Cuáles considera que serán los mayores desafíos en la Arquidiócesis de Concepción?
Primero espero conocer, dialogar con mucha gente e ir entrando en el camino que la Arquidiócesis viene recorriendo. Pero siempre es fundamental el desafío evangelizador, sobre todo proponer la fe a nuevas personas, en nuevos espacios, para que el Señor suscite nuevos discípulos y discípulas. Junto a ello, el fortalecimiento de la comunión espiritual y pastoral del presbiterio y el surgimiento de vocaciones al ministerio sacerdotal. Seguro que iré descubriendo muchas cosas en el camino, y le pido al Señor tener los ojos y el corazón para ver y comprender lo que él nos va pidiendo.
– ¿Cómo ha sido el recibimiento hasta ahora?
Lo que pasa es que en los primeros días te llenas de saludos de amigos, conocidos, hermanos con los que has caminado antes, así que ha sido bueno jajaja. En Concepción mismo no sé mucho, pero creo que ha sido bueno, también he recibido muchos saludos. Tuve una buena reunión con el presbiterio, muy acogedores. En Chillán, muchos me han manifestado alegría por lo que ven como una muestra de confianza de la Iglesia a mi persona, pero también tristeza por mi partida. Pero, mira, la Iglesia es mi familia y confío que al final prima entre nosotros la comunión en la fe y el amor. Así que estoy confiado, agradecido, disponible.
Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 18-06-2024