En el templo Catedral, en parroquias y comunidades se celebró la solemne Vigilia Pascual y el Domingo de Pascua, con el gran anuncio: ¡Cristo ha resucitado!
La Semana Santa de este año fue participada y vivida por numerosos fieles, en el centro de la ciudad colonial y también en las parroquias y comunidades de las cuatro vicarías que conforman la Arquidiócesis (La Serena, Coquimbo, Limarí y Elqui).
Así, el Domingo de Ramos, puerta a la Semana Santa -celebración muy apreciada por los fieles- que contempló la multiplicación de procesiones, alabando los feligreses con palmas al Señor, como lo hicieran aquel entonces en Jerusalén y acompañándolo en su camino de Cruz.
Prosiguió el Miércoles Santo, anticipando en la Arquidiócesis la Misa Crismal y el “Día del Sacerdocio Ministerial”.
El Viernes Santo por la mañana se tuvo el tradicional retiro que llegó hasta los lugares más alejados de la Región de Coquimbo a través de Radio San Bartolomé y sus filiales, así como de plataformas digitales. Por la tarde, los fieles en gran número, acompañaron en el Vía Crucis.
Impresionante ha sido la Vigilia Pascual y la celebración del Domingo de Pascua en las parroquias y comunidades. Los comunicadores parroquiales reportan especialmente la presencia numerosa de fieles, como también la participación de hermanas y hermanos de otras comunidades del país y del extranjero que transcurren estos días en la zona y se sumaron a las celebraciones locales.
Andrea Verónica Valladares, migrante venezolana que participó de las celebraciones en el templo Catedral, se mostró feliz por vivir en persona lo hermoso de la Eucaristía: “Sentir esa calidez para mí fue hermoso… Pese a estar miles de kilómetros lejos de mi país, sentir la presencia del Señor representado en la luz de nuestras velas, me hizo sentir como si viviera esta celebración en la parroquia donde asistía de niña en mi país, Venezuela”.
Así también en la parroquia “Inmaculada Concepción” de Punitaqui, los fieles se congregaron con fervor y devoción para celebrar la Vigilia Pascual. Los presentes iluminaron el templo con velas encendidas. Berta Monsalve, visiblemente emocionada, manifestó lo hermoso de la celebración: “Junto a mi familia y la comunidad parroquial, participamos en las lecturas bíblicas que nos hicieron presente nuestra la historia de la salvación y el triunfo de la vida sobre la muerte. La bendición del fuego nuevo y la proclamación de la "Luz de Cristo" iluminaron nuestro templo y nos recordaron que Jesús es nuestra luz y guía en todo momento. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer al párroco Pbro. José Pérez Valencia por su dedicado servicio. Su compromiso con nuestra comunidad nos ha fortalecido en la fe”.
También, en el centro de La Serena, específicamente en el templo “San Agustín”, la celebración fue presidida por el Pbro. Oliver Pastén y al concluir la Eucaristía en que el Pueblo de Dios, a través de los signos de la luz y el agua, renovaron sus promesas bautismales, María Isabel Sabando, joven feligrés, se mostró feliz por ser partícipe de tan hermosa celebración y expresó: “La Cruz representa el máximo sacrificio de amor y entrega de Cristo por la humanidad. La resurrección nos revela el poder de Dios y nos da la certeza de que, a pesar de las dificultades y pruebas de la vida, hay un camino de luz y esperanza en Cristo”.
¡Cristo ha resucitado!
El Domingo de Pascua en su homilía, el arzobispo René Rebolledo Salinas expresó agradecimiento a los fieles por su gran fidelidad en acompañar este año al Señor en la memoria de su Pasión, Muerte y Resurrección. Deseó a todos las gracias y bendiciones del Señor Resucitado, “vivo y presente entre nosotros”.
Expresó su cercanía a cuantos están sufriendo, también a sus familiares y seres queridos. El Señor Resucitado “nos ha asegurado su presencia”, haciendo alusión a la antífona de entrada de la santa Eucaristía del Domingo de Pascua “He resucitado y viviré siempre contigo”.
También en cada momento de nuestra vida, sean estos gozosos o dolorosos, cuando emprendimos desafíos u otros, “siempre en las manos del Señor” y “en el nombre del Señor Resucitado”, pues “¡somos para siempre discípulos de Cristo resucitado! Para siempre… pues con su resurrección gloriosa el Señor nos ha hecho ¡Hijos de la resurrección! Él es nuestra vida, fortaleza y esperanza”.
Fuente: Comunicaciones La Serena
La Serena, 01-04-2024