Hermanos y hermanas, sean todos bienvenidos a este templo Catedral que cada año los recibe con motivo de las fiestas patrias, para dar gracias a Dios por todos los beneficios que nos regala día a día en esta tierra chilena y especialmente en nuestra región de Atacama. También elevamos una plegaria al cielo para pedir por todas nuestras necesidades, orar por la justicia y la paz.
Muchas veces cuando se presenta la experiencia creyente, se piensa que ésta dice relación con una idea, una moral, o lo que es peor, una ideología, sin embargo, el evangelio que hemos escuchado nos muestra que la verdadera experiencia de fe pasa por el encuentro con el hermano, y específicamente con el necesitado, con el pobre, con el pequeño, con el vulnerable. Cristo, Dios hecho hombre, se identifica con el indefenso, con el que no cuenta, con el que no aparece en las estadísticas.
¿Podemos hoy reconocer en nuestra región de Atacama a este vulnerable, pequeño y necesitado? Evidentemente que si, por ejemplo, en las diferentes tomas y precarios campamentos de nuestra región, donde se vive sin agua potable, sin alcantarillado y muchas veces las personas expuestas a la muerte por diversos hechos de violencia, muchas veces vinculados con la droga.
También reconocemos al necesitado en esos hermanos que no cumpliendo las leyes laborales, salen al mar para obtener recursos para su familia, y muchas veces no regresan producto de accidentes mortales como el que hace días atrás se vivió en Caldera. El párroco, padre Juan Barraza, me decía que algunos de esos jóvenes no tenían contrato de trabajo y no estaban registrados para salir a navegar. Ahí, evidentemente reconocemos un necesitado ¿Dónde está el Estado?, ¿Dónde están las leyes y autoridades para procurar la protección de estos hermanos?
Vemos también al vulnerable en ese ser humano en el vientre de su madre, que no ha pedido existir y, que sin embargo, por decisión de su madre se le prohíbe vivir. Con esto no quito el drama de la mujer que aborta, que reviste las más de las veces dramas humanos y sociales profundos, pero estamos todos de acuerdo, creo, en que el ser humano que es abortado no ha podido ejercer ninguna garantía para procurar su defensa.
Podríamos seguir enumerando a esos hermanos y hermanos vulnerables de nuestra patria y de nuestra región, los conocemos, somos conscientes de que existen, pero la pregunta que me hago es ¿dónde estamos nosotros para reconocer que es en ellos donde se nos pide hacer práctica nuestra fe? Como decía hace un momento, la experiencia de fe no es una idea, una moral… es una persona, es Cristo mismo que nos interpela.
Por ello, hoy que damos gracias a Dios por nuestro país, les invito a renovar nuestro compromiso por hacer de Chile un país más justo, más equitativo, donde el derecho no sea retórica vacía, sino una realidad viva, donde los hombres y mujeres de fe sepamos dar razón de la esperanza que nos anima.
Por eso nos duele tanto, todos los acontecimientos de corrupción, engaño y favores ilegítimos que han acontecido durante los últimos tiempos, de un lado y otro del espectro político. Pues se juega y vulnera la confianza, la credibilidad de las instituciones, en definitiva, de la misma democracia, y en ello, indudablemente, nos olvidamos de los destinatarios del que nos habla el evangelio de hoy, los pequeños, los vulnerables, los pobres.
Humildemente, me atrevo a decirle queridos hermanos y hermanas servidores públicos, y me lo digo también a mi mismo: debemos actuar en nuestro servicio al país más allá que el mínimo legal, no todo lo legal es moralmente aceptable. Cito lo que le escuché a una periodista días atrás. “la ley es el desde, pero que no reemplaza la ética, porque la decencia no se legisla”, “Es no hacer convenios truchos, ni lavados de activos, ni fallos amañados o carreras pavimentadas de favores cruzados” “Honrar la patria es enfrentar con gallardía la justicia y no acusar persecución política cada vez que la fiscalía haga su pega” (Mónica Rincón CNN)
La patria, la democracia, que tanto nos costó conseguir, no puede ser socavada en sus fundamentos por quienes piensan que el Estado es un botín a repartir. Hoy más que nunca debemos comprometernos todos en construir una democracia que goce de legitimidad, pues si la ciudadanía, como ya nos lo dicen los estudios, está dispuesta a que se le restrinjan sus libertades en aras de mayor seguridad, es que algo no se está haciendo. La desidia, o el “sálvese quien pueda”, no pueden ser eslóganes que se repitan en nuestro país.
La corrupción, que hemos conocido últimamente en algunas de las instituciones del Estado nos puede llevar a preguntarnos: ¿es el poder el que corrompe?, creo sinceramente que no, el poder lo que hace es evidenciar lo que está en el corazón, que en la lenguaje bíblico es la fuente del discernimiento, de la conciencia, por eso Cristo nos dice: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15, 19).
Esa conciencia, ese corazón es necesario formarlo, evidenciar que la vida es servicio, es entrega, es darse siempre para que el mundo sea mejor, es preocuparse por ese hermano hambriento, sin casa, el vulnerable, el pobre, del que nos habla el evangelio de hoy. El poder nunca es para servirse, sino para servir.
Duele por lo mismo, lo que acontece en nuestra región con la educación (estoy cierto que el Sr. Seremi hace lo que puede, pero para su tranquilidad esto no comenzó hoy). Duele, pues la educación es el espacio donde crecemos en los valores, en el respeto, en reconocer los derechos de los otros, en no mentir, en no engañar. La familia es importante, pero la escuela ayuda profundamente a que crezcamos en aquello que nos permite vivir civilizadamente y en fraternidad.
Los datos de los estudios sobre nuestra región y la crisis educativa son alarmantes.
“Los establecimientos de Atacama han alcanzado el promedio regional más bajo de las mediciones Simce de matemáticas y lectura, tanto en el 2018 como en el 2022. Nuestra región registra altos niveles de ausentismo grave, es decir, escolares que faltan a clases más del 15% del año escolar (unas seis semanas de clases), lo que, según la normativa vigente, puede ser causal de repitencia. Si el año 2019 la región de Atacama fue la que registró el mayor nivel de ausentismo grave con un 63% de su matrícula en esta situación, el año 2022 la cifra se encumbró al 64%, unos 40 mil escolares”, desconozco los datos del año pasado, pero lo anterior revela una dificultad evidente de nuestra educación en la región (CEP, Mauricio Salgado, Noviembre 2023)
Soy consciente, reconozco y valoro el esfuerzo de las autoridades regionales, pero por favor, coloquemos todo de nuestra parte para sacar adelante los proyectos que nuestros niños y jóvenes nos reclaman. Que el gobierno central se comprometa con nuestra región. Olvidé cuanto tiempo Mejor Niñez estuvo sin nombramiento titular. Es una vergüenza que digamos que los niños, niñas y adolescentes son prioridad, cuando, no obstante el profesionalismo de las directoras subrogantes, no contábamos con titular durante tanto tiempo.
“Todo lo que hiciste con uno de estos pequeños, conmigo lo hiciste”, nos dice el Señor en el evangelio; que estas palabras sean un aliciente para todos los acá presentes, de comprometernos, afectiva y efectivamente en procurar el bien de los que menos tienen, los que viven en las tomas, los que estudian en nuestros colegios públicos, los trabajadores informales, los adolescentes esclavos de las drogas, los niños y niñas de las residencias de mejor niñez, nuestros ancianos, etc.
Nuestra patria, nos reclama una vez más ese compromiso. Que hoy, tiempo de elecciones, donde escuchamos muchas, bellas y esperanzadoras promesas, quienes resulten electos no se olviden de quienes confiaron en ellos, ahí se nos juega la democracia y el estado de derecho, la ciudadanía ya no aguanta más una nueva decepción de sus autoridades. La poca credibilidad y la falta de compromiso con la democracia, depende de quienes más responsabilidad tiene “al que mucho se le dio, mucho se le exigirá”
El Papa Francisco, en una de sus reflexiones sociales nos invita a “trabajar juntos por el bien de la familia humana, practicando aquellas virtudes que son la base de una buena acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad”. Y recuerda en un texto el Papa las “bienaventuranzas del político”, propuestas por un Cardenal vietnamita fallecido en el año 2002.
“Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel.
Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente.
Bienaventurado el político que realiza la unidad.
Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical.
Bienaventurado el político que sabe escuchar.
Bienaventurado el político que no tiene miedo”.
Que el Señor nos ayude a construir la patria que soñamos, y que la Virgen del Carmen nos permita crecer en aquellos valores que nos permiten sentirnos familia, donde todos sentados en la misma mesa compartimos juntos el mismo pan. Así sea.
+ Ricardo Morales Galindo
Obispos de Copiapó