El Asesor de la Vicaría de Pastoral Social afirmó que somos ciudadanos del cielo, pero con una misión aquí en la tierra, y que está llamada a expresarse de una manera especial hoy día con nuestros hermanos migrantes.
La mañana del domingo 3 de septiembre se celebró la Misa del Día del Migrante y Refugiado en la Parroquia Sagrados Corazones de Jesús y María de Talcahuano, presidida por el Párroco de la comunidad y Asesor de la Vicaría de Pastoral Social del Arzobispado de Concepción, Padre Pedro Gómez.
En su homilía, el Padre Pedro afirmó que “todos nosotros estamos llamados, con aquellos dones y talentos que el Señor nos ha entregado, a producir una nueva primavera en la Iglesia y particularmente a través de obras de caridad, como son las que se realizan a través de la atención a los migrantes en nuestra zona”.
Haciendo alusión al Evangelio según San Mateo 16,21-27, dijo que “la Palabra de Dios nos ilumina y nos invita a un cambio de mentalidad” y sostuvo que “para servir al Señor, para tomar la cruz, necesitamos una verdadera conversión, un cambio de mentalidad”.
El Padre Pedro señaló que los hombres y mujeres de las Santas Escrituras “nos permiten descubrir que tenemos todos que experimentar esta conversión interior, esta conversión personal y pastoral para poder tener esos pensamientos de Dios, poder ver con los ojos de Dios y así poder descubrir cómo el Señor nos llama a actuar en medio de este mundo”.
“El Señor nos ha llamado por nuestro propio nombre, nos llama para actuar en el mundo, pero también dice que no somos del mundo, nuestra ciudadanía no está aquí en la tierra, somos ciudadanos del cielo, pero con una misión aquí en la tierra, y que está llamada a expresarse de una manera especial hoy día con nuestros hermanos migrantes”, destacó.
En ese contexto, comentó que al celebrar el Día del Migrante, “queremos también agradecer el voluntariado de personas que participan en esta pastoral, que son personas que se han dejado iluminar por el Señor y que ayudan a tantas familias que han tenido que salir de su tierra natal y han llegado a nuestra zona, donde todo les parece desconocido”.
“Pero el voluntariado de ayuda al migrante, perteneciente a la Pastoral Social, desempeña un rol muy importante en la Iglesia y en la sociedad, porque nos ayuda a tomar conciencia de que existen muchas familias entre nosotros que proceden de otros países y que necesitan de nuestra ayuda solidaria”, enfatizó.
El Padre Pedro sostuvo que “Dios visita a su pueblo y se presenta como huésped, porque Él ha venido como peregrino a la tierra para compartir nuestra vida y mostrarnos que estamos en camino al encuentro del Padre Celestial. Y en este andar descubrimos que todos somos hermanos. Las familias migrantes son huéspedes entre nosotros y un signo de los tiempos para descubrir que todos somos migrantes en la tierra y que vamos en camino a la patria del cielo”.
Luego de la Eucaristía, la Delegada Episcopal para la Pastoral Social, Gabriela Gutiérrez, destacó que en todo Chile se dedica el primer domingo de septiembre “para profundizar, para orar por este servicio y esta opción que hacemos por los hermanos migrantes en todo nuestro país, especialmente el servicio que la Iglesia realiza. Así que sólo decir que hoy día renovamos el compromiso, tanto de la Arquidiócesis -a través de la Pastoral de Migrantes que depende de la Vicaría de Pastoral Social- como de toda la acción y misión que tenemos por delante siempre para acoger, integrar y promover a los hermanos migrantes en todas sus realidades, especialmente aquellos que son más vulnerados”.
“Ellos son hijos predilectos del Señor, así que nosotros, a través de distintas respuestas apostólicas, generamos iniciativas para acogerlos y acompañarlos en estos procesos que no son tan fáciles. Es una hermosa misión que tenemos que seguir profundizando”, enfatizó.
Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 05-09-2023