Reflexión de Monseñor Francisco Javier Stegmeier: "El norte no se consensúa"

Reflexión de Monseñor Francisco Javier Stegmeier: "El norte no se consensúa"

En el mes de la Patria, podemos preguntarnos acerca de qué nos une como chilenos. Si lo único que une fuese la selección nacional, en realidad nada nos uniría. Chile desde hace mucho tiempo no tiene un proyecto común que aglutine todas las voluntades con adhesión libre y convencida.

 
Martes 05 de Septiembre de 2023
El problema de una Constitución es la ausencia de una meta a la que todos queremos llegar. Los medios para llegar al Norte pueden ser consensuados, pero no el Norte. Veamos cuál es el mejor instrumento de orientación: mapa, brújula, GPS. Pero debe conducir a la meta.

Se puede llegar a consensos en aquello que legítimamente es plural y, a la vez, suscitar la adhesión de todos, con la condición de que estemos todos de acuerdo con un mismo proyecto de sociedad al que todos tendamos con nuestra propia individualidad, sintiéndonos partícipes de un todo.

La unidad e integración de una Nación consiste en la adhesión de todos a un único fin. Para que la unidad querida no nazca fragmentada, para que perdure en el tiempo y no produzca conflictos, el fin último al que todo debe ordenarse es Dios vivo y verdadero, personal y trascendente, principio de unidad de todas las cosas.

Lo que pasa en Chile se refleja en la fallida Constitución y en la que ahora se está redactando. Algunos no sólo quieren llegar al consenso de los medios, sino que también a cuál es el Norte. El objetivo de la sociedad es asegurar a todos el reconocimiento, el respeto y la promoción de los derechos emanados de la persona humana. Una Constitución debe consignar este principio como marco jurídico incuestionable. Pero si este principio es objeto de consenso y en el texto constitucional queda desdibujado, será imposible aunar todas las voluntades. La Constitución se convertirá en fuente de división, no de unidad.

De suyo, el problema no es la Constitución, sino de las ideas que quieren plasmarse en ella. Hay ideas falsas que no dicen lo que es la realidad. Si esas ideas prevalecen, tendremos una mala Constitución. Un 62% de los chilenos se dio cuenta de ello con la anterior propuesta.

Si se quiere que el actual proyecto de Constitución sea causa de unidad debe estipularse con toda claridad y sin posibilidad de mañosas interpretaciones el deber del sistema jurídico de asegurar el derecho a la vida de toda persona humana, especialmente los más débiles, indefensos y vulnerables como son los niños por nacer, los enfermos terminales y los ancianos. También es esencial el concepto de matrimonio entre un hombre y una mujer, fundamento de la familia y de su inalienable, prioritario e insustituible derecho y deber de educar a los hijos según  sus convicciones. Para esto se requiere la libertad de educación y religiosa. Una Constitución así seguramente será aprobada por gran parte de la mayoría de chilenos que votó rechazo.

Fuente: Comunicaciones Villarrica
Villarrica, 05-09-2023