Una hermosa fiesta se vivió una vez más en el Santuario de La Candelaria, en la llamada fiesta chica, este martes 15 de agosto. Después de 9 días de novena, el Santuario celebró la Misa Solemne a las 10 de la mañana, presidida por el obispo, Monseñor Ricardo Morales.
En la misa, el obispo explicó el dogma de la Asunción de la Virgen, manifestando que María, por los méritos de su hijo, no sufrió la corrupción de la muerte, sino que fue llevada al Cielo. Dijo que María, en su vida terrena, siempre hizo el bien, procurando estar atenta a las necesidades de los demás, como su prima Isabel. “Ella, como buena mamá, no está tranquila si no tiene a sus hijos con ella; si recibió de su hijo el encargo de ser nuestra Madre, cómo va a estar tranquila si no estamos con ella o nos ve sufriendo”, por eso invitó a “abrirle nuestro corazón, ella va a recibir nuestra oración”. También destacó que María “se deja conducir por el Señor”, llamando a hacer lo mismo, “porque Él nos va mostrando caminos, en la oración y el diálogo”. Finalmente, destacó la humildad de la Virgen, diciendo que “desde la humildad se es grande a los ojos de Dios”.
En el ofertorio se presentó al altar el estandarte del Congreso nacional de Bailes Religiosos, que se realizará en Copiapó en mayo del próximo año; también los implementos de los bailes, y el pan y el vino.
Al final de la misa, subió al altar Solange Macaya, para dar a la imagen de la Virgen un hermoso manto nuevo de regalo.
Procesión y misa de despedida
Un total de 29 bailes religiosos participaron de la procesión, provenientes de Copiapó, Caldera, Los Loros, San Antonio y Vallenar. Junto a la comunidad, los bailes recorrieron las calles cercanas al Santuario, una parte acompañando la imagen histórica, y luego, con la imagen grande, en una procesión que se extendió por tres horas aproximadamente. Al término, el obispo presidió la misa final.
En esta celebración, el obispo destacó la alegría y la esperanza de la vida eterna, “de la que la Virgen ya se encuentra disfrutando” y pidió a la asamblea reunida, ser solícitos como ella, ante las necesidades de los demás.
La misa culminó con el traslado de la imagen de Cristo crucificado, que durante la fiesta se ubicó en el altar. Esta imagen fue llevada por los jefes de los bailes hasta si ubicación habitual en el patio.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 18-08-2023