Se considera que el indio Juan Diego nació en 1477 y recibió el nombre azteca de Cuautlatóhuac, que significa “el que habla como el águila”. Se casó con la india Malitzin y en 1524 ambos fueron bautizados por los misioneros franciscanos. Malitzin murió en 1528 y Juan Diego en 1548.
A dos años de su muerte, se escribió el relato de las cuatro apariciones de la Virgen y de todos los acontecimientos relacionados con ellas. María le explicó que ella lo había elegido muy particularmente para ser su mensajero. En la cuarta aparición, al amanecer del 12 de diciembre de 1531, la Virgen lo animó para que no tuviera miedo y que le daría una señal para que le creyeran. Cuando Juan diego desplegó su tilma para mostrar al obispo las rosas que había juntado, en la rústica tela había quedado grabada la imagen de la “Señora del Tepeyac”.
En el lugar de las apariciones se levantó al poco tiempo una ermita y Juan Diego vivió junto a ella durante 17 años. Hasta su muerte fue el “sacristán de la Virgen”. Los peregrinos que visitaban el lugar quedaban impresionados de su ejemplo de fe. Los misioneros lo ponían como modelo.
Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de México y de toda América Latina, desde su Basílica nos acompaña como “Estrella de la Evangelización”.
En dependencias del Centro Penitenciario Femenino de Valparaíso (CPF), se llevó a cabo la ceremonia de inauguración del proyecto “Respuesta humanitaria y promoción de bienestar para familias vulnerables del ámbito carcelario en la diócesis de Valparaíso”, iniciativa que es financiada con fondos de Cuaresma de Fraternidad.
Asistieron a la actividad la representante de la Seremi de Justicia, Ignacia Navarro; la Teniente Marcela Loyola, Jefa Unidad Subrogante; Claudia Jeria, Jefa Técnica Complejo Penitenciario de Valparaíso; Juan Pablo Medina, Jefe Técnico Regional de Gendarmería; José Tomás Silva, Secretario Ejecutivo de Cuaresma de Fraternidad; Leonardo Córdova, Director Pastoral Social Caritas Obispado de Valparaíso; Carlos Marín, Capellán de Gendarmería de Chile y Fabiola Alejandra, beneficiaria del proyecto. También estuvieron presentes los equipos de Caritas Chile y Caritas Valparaíso, funcionarios de centro penitenciario, internas y sus familiares.
Durante la ceremonia los presentes firmaron un pendón de Caritas Valparaíso como signo de que se comprometen a trabajar en el proyecto. Además, el Diácono y el Capellán bendijeron a los participantes.
Claudia Jeria, Jefa Técnica Complejo Penitenciario de Valparaíso, indicó que preparar a las personas privadas de la libertad para que se reinserten de manera efectiva es la clave de todos sus esfuerzos.
Por su parte, José Tomás Silva, sostuvo que “es fundamental tener instancias como estas, que marcan un hito de comienzo de un proyecto que favorece a los más descartados”, y agregó que “me parece muy importante también que estén involucrados todos los actores, en este caso las familias, las beneficiarias, el equipo ejecutor, los funcionarios y quienes acompañan a estas personas, en este caso, a la población penal”.
Una nueva oportunidad
Uno de los momentos más significativos que tuvo lugar durante la ceremonia fue cuando tomó la palabra Fabiola Alejandra, beneficiaria del proyecto, quien agradeció a todos los presentes por el apoyo recibido y el trabajo que realizan con ellas. “Se agradece que nos entreguen un voto de confianza para salir. La vida afuera asusta y si lo vivimos solas, más todavía, por eso se agradece que nos acompañen”. Además, pidió un minuto de silencio por el cabo fallecido en los últimos días en el centro penitenciario.
Finalmente, el Director de Pastoral Social Caritas Valparaíso, Leonardo Córdova, reflexionó: “Si somos capaces de trabajar en redes se puede ir haciendo un trabajo de apoyo y acompañamiento para comenzar de nuevo”. Y añadió que “es muy importante que como Pastoral Social nos preguntemos en dónde debemos estar”.
Por último, Leonardo Córdova sostuvo que “hay un solo Santo santificado por Jesús, el malhechor que murió crucificado a su lado. Dios tiene esa mirada de acoger, que ciertamente no es como la nuestra. El Señor nos tiene presentes siempre, aun cuando estamos pagando por nuestros errores”. Y finalizó: “María no fue a ver el sepulcro porque sabía que Su Hijo había resucitado. Pidamos una fe como la de ella”.
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