Mons. Morales en la fiesta de La Candelaria: Que seamos luz de esperanza que lleva alegría y consuelo
Procesión de las Candelas recorrió calles de la ciudad.
Con las dos imágenes de la Candelaria sobre el altar de piedra, la histórica y la imagen grande, se celebró la víspera después de la procesión de las Candelas, en su Santuario, la noche del 1 de febrero.
La procesión comenzó pasadas las 21 horas, y congregó a más de cinco mil personas, que recorrieron las calles junto a la imagen grande de la Virgen, para volver al Santuario cerca de la medianoche, momento en que se celebra un año más de fiesta. En ese momento se llevó la imagen histórica hasta el altar. Luego, se cantó el “Cumpleaños feliz” y “Las mañanitas” a la Virgen, coreado por las miles de familias que llegaron al Santuario. Luego, el obispo, Monseñor Ricardo Morales, y el rector del Santuario, p. Francisco Javier Medina, ofrecen sus saludos a la Virgen. Tras esto, es el turno de los jefes de las asociaciones de bailes religiosos. Una familia regaló un hermoso manto nuevo a para la imagen mariana. Finalmente, el club de huasos ofreció su tradicionl esquinazo.
Previo a la salida de la procesión, se leyó el evangelio de la presentación del niño Jesús en el templo, cuando fue reconocido como luz de las naciones. En su prédica, el obispo pidió no dejarse vencer por el desaliento, “que la alegría que nos comunica la Virgen y su hijo Jesús crezca en el corazón y podamos transmitir, que cuando nos vayamos de esta vigilia podamos llevar esa luz a nuestros hogares y a nuestros hermanos que sufren por tantas situaciones de pobreza, marginación, discriminación; que podamos ser esa lucecita de esperanza que lleva alegría, consuelo y paz”.
Misa de la tarde
Más temprano, en la misa, don Ricardo se refirió a las situaciones de oscuridad y muerte que vive el mundo. “Pero yo quisiera invitarlos a mirar a lo concreto del día a día, cerca nuestro”, como padres que deben dejar solos a sus hijos en las tomas de Copiapó para salir a trabajar; adultos mayores que viven abandono y soledad, personas enfermas que nadie visita. “Al celebrar a nuestra Madre Candelaria, tenemos que preguntarnos dónde estamos invitados a ser luz. Hay que recorrer muy pocas calles para darnos cuenta que debemos llevar la luz de la esperanza, la caridad, capaz de irradiar esperanza y consuelo”.
Agregó que portar una vela durante la tradicional procesión de las candelas significa un compromiso, “luz que llevemos y anunciemos, porque no podemos llamarnos discípulos del Señor si no somos esa luz que es el amor”.
Novena
La predicación en el séptimo día de novena en el Santuario se centró en el tema del clericalismo. Don Ricardo lo definió como una manera desviada de concebir el clero, basado en una deferencia excesiva y una superioridad moral que olvida la dimensión del servicio y separa al sacerdote de la comunidad. El obispo dijo que el sacerdote debe actuar para anunciar el evangelio al mundo, para edificar la Iglesia y personificar a Cristo, dando testimonio del Señor resucitado. “Tenemos que volver a las raíces del evangelio, el verdadero sacerdocio es el del Jesucristo, si él sirvió hasta la muerte, también el sacerdote”.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 02-02-2023