Misioneros trabajaron en sector de tomas en Copiapó.
Subiendo por calle Andacollo hasta el final, en Copiapó, se encuentra un amplo sector de tomas, donde se han instalado numerosas familias, la mayoría extranjeras. En medio de este árido sector de la ciudad, brilla una imagen de la Virgen María bajo la advocación de La Medalla Milagrosa, en medio de un parquecito. Esta imagen fue instalada por las hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, conocidas como las Vicentinas, que han misionado el sector desde 2019.
Esta imagen mariana marca la presencia de la Congregación Vicentina. Sor Carmen Gloria, Sor Isabel, Sor Raquel son figuras familiares para las vecinas y vecinos, porque llevan años trabajando con las familias de estas tomas, y, como cada mes de enero, realizan allí una misión. Este año, 45 misioneras y misioneros llegaron hasta Copiapó desde Iquique, Santiago, Valparaíso, Tomé, Puerto Montt y Punta Arenas, todos lugares donde las religiosas tienen diversas obras: colegios, Hogares de Ancianos, Servicio a Hermanos Migrantes, etc. Es por eso que el grupo de misioneros está compuesto principalmente por exalumnos y docentes, jóvenes de la Juventud Mariana Vicentina, aunque también se sumaron las Hermanas Jeanette Martínez, de Iquique, Hna. Susana Herrera de Punta Arenas y el sacerdote vicentino oriundo de Copiapó, Álvaro Tamblay.
Durante las mañanas, los misioneros recorrían las casas, visitando a las familias que ya habían conocido el año anterior, y tomando contacto con las nuevas familias que se han asentado en el sector. La idea es contar con fichas de cada familia, para detectar sus necesidades y organizar el trabajo con ellas durante el año. Desde ya, sor Carmen Gloria nos cuenta la imperiosa necesidad de contar con coches para bebés, porque si bien no duran mucho en las calles de tierra y piedras, es menos cansador que cargar con los niños en brazos, subiendo y bajando las calles o teniéndolos en un lugar más cómodo en la casa.
Por la tarde era el turno de los niños. Tres lugares para colonias fueron implementados, uno afuera de la Casa de Vicente y Luisa, que funciona como centro pastoral y que hace alusión a San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac. Otros dos espacios se habilitan en calles aledañas dentro de las quebradas.
Por las tardes hubo taller de manualidades, orientados a la reconversión de ropa. También catequesis para sacramentos, orientación legal, y taller de pintura. Además, se convirtieron en espacios para compartir la vida desde la sencillez de la cotidianeidad.
El grupo de misioneros emprendió con entusiasmo la tarea de hermosear el sector de la imagen de la Virgen, que fue bendecida el año pasado por el obispo, Monseñor Ricardo Morales, pintando la reja y los carteles con mensajes que se colocaron en el sitio. Las Hermanas comentan con alegría que desde que se instaló este pequeño oratorio, las personas ya no botan su basura allí y que, al contrario, están empezando a ser más conscientes de su cuidado.
Sor Carmen Gloria nos presenta a Emilia, una pequeña de 8 años, estudiante de la Escuela San Vicente de Paúl, que forma parte de una Confraternidad Vicentina a nivel internacional llamada Minukids, un espacio virtual sólo para niños y niñas, que graban breves videos con diferentes temas, desde diversos países del mundo. Emilia nos muestra un video donde ella traduce el Padrenuestro al lenguaje de señas, y nos habla como una verdadera misionera, de la necesidad de amar al Señor y a la Virgen, para alcanzar la paz entre las personas. Hermosa experiencia que podemos conocer en youtube.
En medio del incesante trabajo de los misioneros y misioneras, se agradece que esta sea una mañana nublada, aunque pasado el mediodía ya se empieza a asomar el sol con toda su fuerza. Es hora de que el grupo se reúna para bajar a almorzar a las dependencias de la Escuela San Vicente de Paul, para volver por la tarde. Una experiencia que se nota que los llena de la alegría de la fe transformada en obras.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 24-01-2023