1.- La pena y el luto no solo están con ustedes, hermanos de El Salvador y Diego de Almagro; nosotros como Iglesia de Copiapó compartimos su dolor; y Chile entero está desconcertado y dolido por la muerte del trabajador don Nelson Quichillao López.
2.- A través de la hermana de don Nelson, la Sra. Irene, he podido conversar, hacerme presente y solidario con el dolor que sus familiares están viviendo. Por ellos, y por los compañeros más cercanos de Nelson, elevamos nuestras plegarias al Señor. Asimismo rogamos por el restablecimiento de los heridos.
3.- Pedimos y esperamos que se esclarezcan los hechos y las circunstancias de su muerte; porque desde la verdad se puede construir la justicia, y con la justicia viviremos en paz social. Llamamos a quienes tienen las responsabilidades de dirección y representación que se esfuercen por abrir caminos al diálogo.
4.- Nos causa dolor constatar cómo no se supo encontrar caminos de diálogo y negociación para resolver los problemas; nos causa dolor constatar cómo las reclamaciones, que pueden ser muy justas, se envuelven en violencia y la violencia llama a más violencia, a destrucción que deja dolor y muerte. En estos momentos no podemos caer en la trampa de creer que más violencia resolverá los conflictos; el mejor homenaje que podemos hacer a don Nelson será serenarnos y en diálogo y negociación construir solución a los conflictos. Dios ilumine nuestras mentes y ponga paz en nuestros corazones y la Virgen de La Candelaria, madre de los mineros y del pueblo de Atacama nos proteja y llene de esperanza.
+Celestino Aós Braco
Obispo de Copiapó
Copiapó, 24 de julio de 2015.