Mons. Horacio Valenzuela ha hecho llegar a la comunidad diocesana de Talca su tradicional mensaje por la celebración de Navidad.
Fecha: Martes 24 de Diciembre de 2013
Pais: Chile
Ciudad: Talca
Autor: Mons. Horacio Valenzuela Abarca
1. En esta Navidad quiero invitarles a pedir al Señor la firme voluntad de avanzar juntos por el camino que lleva a la humilde y familiar alegría de Belén.
2. El Papa Francisco en su Carta llamada “La alegría del Evangelio” nos dice, “… Dios exulta de gozo por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de júbilo» (So 3,17). Es la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana…! ( E.G.4)
3. Si hacemos el camino a Belén a través del silencio y la oración podremos volver a descubrir cuál es el secreto de la felicidad buena y duradera que brota de la justicia y que lleva a la paz que tanto buscamos.
4. Acojamos con entusiasmo la invitación que nos dirige el Papa Francisco, “… a renovar ahora mismo el encuentro personal con Jesucristo… intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría que trae el Señor… cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos” (E.G. 3).
5. La Navidad nos regala a Jesús y con Él la paternidad de Dios que sana del aislamiento y causa la armonía entre personas y naciones distintas de origen, raza y condición. María, José, los ángeles, los pastores y los magos representan a toda la humanidad llamada por Dios a la fraternidad y la alegría.
6. “La fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que…está enraizada en la paternidad de Dios…se trata de un amor personal, puntual y extraordinariamente concreto de Dios por cada ser humano (cf. Mt 6,25-30). Es una paternidad, por tanto, que genera eficazmente fraternidad, porque el amor de Dios, cuando es acogido, se convierte en el agente más asombroso de transformación de la existencia y de las relaciones con los otros…” (M. Jornada Mundial de la Paz 2013).
7. La vida nueva del Reino de Dios ha brotado como un manantial, allí donde se juntan la escasez de medios materiales, con la Gloria de Dios. Todo en Belén se vuelve humano y divino porque la presencia de Dios ordena el mundo haciéndonos hermanos y poniendo en segundo plano todo lo demás.
8. En el pesebre nada estorba, nada distrae, porque lo esencial está claro: todos se sienten intensamente amados por Dios (E.G 6) y esa seguridad de ser fielmente amados los hace a todos libres y los transforma en instrumentos de una pequeña sinfonía de humildad y servicio.
9. En el Pesebre de belén se encuentra el mundo como lo quiere Dios: en el centro de todo está una familia humilde y acogedora que adora y cuida al Hijo de Dios. “La familia es la fuente de toda fraternidad, es el fundamento y el primer camino para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor (Papa Francisco Mensaje Jornada Mundial de la paz 2014).
Sagrada Familia de Nazaret, fiel custodia del misterio de la salvación… haz de nuestras familias comunidades de oración… renueva el deseo de santidad para sostener la noble fatiga del trabajo, la educación, la escucha, la comprensión y el perdón mutuo.
Sagrada Familia de Nazaret, despierta en nuestra sociedad la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, inestimable e insustituible, que cada familia sea acogedora morada de Dios y de la paz para los niños y para los ancianos, para aquellos que están enfermos y solos, para aquellos que son pobres y necesitados (Papa Francisco).
Les deseo una Feliz Navidad y un año lleno de bendiciones.
+ Horacio Valenzuela Abarca
Obispo de Talca
