La afirmación la hizo el Obispo Auxiliar Cristián Roncagliolo, en el espacio “Contigo en casa” de Radio María, para referirse al nuevo Consejo Presbiteral, un organismo establecido por el Derecho Canónico, para aconsejar al Arzobispo en las materias más relevantes que conciernen al gobierno de la diócesis.
Esta instancia jurídica de la Iglesia, que no se reunía en esta arquidiócesis desde hace poco más de dos años, es una especie de “senado” del obispo y en su nueva estructura estará compuesta por dos sacerdotes por cada vicaría zonal y otros cuatro sacerdotes de áreas temáticas o ambientales, más un representante de los vicarios, explicó monseñor Roncagliolo. Serán alrededor de 30 personas, que se reunirán cuatro veces al año, en promedio, para “generar una mayor participación en el gobierno de la Iglesia local y ayudar al obispo a tener otras miradas al momento de tomar decisiones, precisó el vicario general.
Adelantó que el cardenal Celestino Aós convocó para el 13 de mayo la elección de los miembros del consejo, de manera online. La elección se hará primero por zonas o territorios, es decir, cada sacerdote votará en su zona para elegir a sus representantes. Además, el mismo día los presbíteros que trabajan en áreas temáticas o ambientales elegirán a sus cuatro delegados al consejo. Por último, los vicarios episcopales harán otro tanto para designar a un representante suyo. Anteriormente, todos los vicarios participaban en el antiguo Consejo Presbiteral.
Se establece un Consejo de Consultores
El padre Roncagliolo también informó que “después vamos a constituir el Consejo de Consultores, de tal forma que los organismos de participación del clero sean con distintas personas, lo cual enriquece el gobierno”. Este otro consejo, que va a estar constituido por un grupo distinto de sacerdotes, votará materias estipuladas en el Derecho Canónico, como la validación del presupuesto de la diócesis, el desprendimiento o adquisición de un bien. La instancia tendrá la tarea de validar acciones de gobierno y estará integrada por ocho personas máximo.
Acerca de este organismo eclesial y la nueva estructura del Consejo Presbiteral, el obispo auxiliar comentó en la citada entrevista que “históricamente eran las mismas personas que participaban. Hoy estamos iniciando un proceso donde se diversifica la participación y los rostros, de tal manera que enriquece el proceso de conducción, con otras miradas, otras perspectivas, otros criterios, y por eso también van a participar distintos párrocos, que están en el mundo de la evangelización y tienen características propias. Lo que hacemos es iniciar un proceso de una renovada participación, pero con acentos distintos”.
La vida pastoral y solidaria sigue adelante
En otro ámbito, al Obispo Auxiliar se refirió a otros aspectos de la vida actual de la diócesis, como los migrantes y la gente en situación de calle o de muy escasos recurso, y aseguró que “hoy dia seguimos con los migrantes con mucha fuerza, pero también con las otras carencias alimentarias que existen”, por lo que la Iglesia apoya los comedores solidarios, tanto de la Iglesia como de otras denominaciones religiosas. Esta labor social también abarca a adultos mayores, que están muy solos y necesitados. Acerca de la pastoral con los jóvenes, recordó el Plan Trienal, que incluye acoger el Décimo Sínodo de Santiago, fortalecer la pastoral vocacional e implementar un nuevo itinerario de formación para la pastoral juvenil, de carácter catequético y kerigmático, que se llama Cristo Vive. Este último está en marcha blanca con un grupo de cerca de 30 parroquias. Y por último, mencionó el Més Vocacional, que se inicia este próximo fin de semana.
Cultivar la nostalgia por la liturgia presencial
Consultado por lo más desafiante que le ha tocado enfrentar a la Iglesia en este tiempo, monseñor Roncagliolo afirmó que es “sortear la corriente pandémica, que en materia de la Iglesia le pega al punto de flotación, porque nuestra fe es comunitaria, y no podemos reunirnos en comunidad. El punto más duro de esta pandemia es no poder reunirnos para celebrar la Eucaristía o es muy difícil, con un aforo muy limitado. Esto ha sido lo más duro de todo lo que afecta a la vida normal de la Iglesia.”
Valoró el uso de las redes sociales para mantener la vida litúrgica y de fe de la comunidad, “pero no es lo mismo”, aclaró, y adelantó que cuando se vuelva a la vida presencial “nuestra fuerza tiene que ser la convocación a la comunidad, porque sin comunidad viva, sin encuentro (presencial) no hay Iglesia”. Animó a “cultivar la nostalgia por volver al encuentro en nuestros templos, parroquias y comunidades, porque ahí se juega la vida de la Iglesia”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
Santiago, 20-04-2021