Este tercer domingo de Adviento, el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, presidió la celebración eucarística, que fue transmitida por Emol. Acompañado del Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Alberto Lorenzelli, el pastor animó a los fieles a descubrir y cultivar la alegría cristiana y reflexionó sobre el rol de Juan Bautista como “testigo de la luz”.
En su homilía, monseñor Celestino Aós resaltó la alegría cristiana, como virtud fundamental para vivir esta época de pandemia y crisis sanitaria. Citó pasajes del antiguo y nuevo Testamento, donde se evidencia esta característica. “Vivimos momentos de tensión. La enfermedad, los contagios, la distancia, la perdida de trabajo o la reducción de nuestros ingresos, las crisis y los desequilibrios emocionales, las inquietudes y hasta las dudas de fe son las circunstancias de este Adviento y serán las de esta Navidad. ¿Qué supone esto para un cristiano?”, comenzó.
Subrayó la alegría en el gozo que experimentó la santísima Virgen María durante su embarazo, llevando en su seno a Jesús. “Es una alegría grande, pero distinta a la que el mundo busca a través de la comida, la música, los regalos, del aturdimiento que lleva a veces hasta el descontrol. Es el pecado, es el mal lo que nos atrapa, hiere y destruye”, afirmó.
Juan Bautista “Testigo de la Luz”
Precisamente estas palabras sirvieron para que expresará en particular, el rol de Juan el Bautista como primer testigo de Jesús. “El evangelista nos presenta a este Juan Bautista diciendo apareció un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan”, y tras esta alocución, planteó la siguiente pregunta: “A usted ¿quién lo envía?, ¿quién lo trajo a la Iglesia? Juan vino como testigo para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz. Jesús dirá yo soy la luz, y Juan era el testigo de la luz”.
“Dejarnos mirar por Dios”
Finalmente, instó a vivir el misterio de la Navidad, reconociendo la esencia verdadera de este acontecimiento, en medio de un tiempo convulsionado. “Celebrar la Navidad requiere mirar. Mirar no solo lo que compraremos de alimentos o de regalos, sino mirar de verdad, y más en este año, en que estaremos vencidos, en añoranza, con cierta pena, porque no estaremos juntos, como el año pasado. Mirar al esposo o a la esposa, mirar a los hijos, a los hermanos. Mirar y ver, no solamente quedándonos ahí en lo superficial, sino mirarnos a nosotros mismos, dejarnos mirar por Dios”, animó el pastor.
Fuente: Comunicaciones Santiago
Santiago, 14-12-2020