Mons. Lorenzelli: "Arriesguémonos por transformar el mundo"
En la misa de este domingo, el obispo Alberto Lorenzelli meditó sobre la parábola de los talentos, recordando que el mensaje de Jesús implica un “No” y un “Sí”. No al conservadurismo, sí a la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al trabajo comprometido en abrir caminos al reino de Dios”.
A la luz del Evangelio sobre la parábola de los talentos, el obispo reflexionó sobre la radicalidad a la que nos invita el Señor. “El mensaje de Jesús es claro. No al conservadurismo, sí a la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al trabajo comprometido en abrir caminos al reino de Dios” puntualizó.
En esta misma línea recordó que hay actitudes al interior de la Iglesia de una mal entendida prudencia, fidelidad al pasado y resignación, que no hacen bien. “Más bien deberíamos cultivar actitudes como la búsqueda creativa, la audacia, la capacidad de riesgo y escucha al Espíritu, que todo lo hace nuevo. Puede sucedernos lo mismo que al tercer siervo de la parábola -agregó el obispo salesiano, auxiliar de Santiago- que creamos que estamos respondiendo fielmente a Dios con nuestra actitud conservadora, cuando en realidad estamos defraudando sus expectativas”.
Analizando el momento de crisis social y sanitaria que vive el país, don Alberto hizo notar que Dios ha puesto en crisis muchas de las certezas que teníamos antes. “Hoy nos sentimos más pobres y débiles -explicó- porque hemos experimentado el sentido del límite y de la restricción de la libertad. La pérdida de trabajo, de los afectos más queridos. La falta de las relaciones interpersonales habituales ha abierto de golpe horizontes que ya no estábamos acostumbrados a observar. Nuestras riquezas espirituales y materiales fueron puestas en tela de juicio y descubrimos que teníamos miedo”.
Finalmente recordó que, en el silencio de nuestros hogares, redescubrimos la importancia de la sencillez y de mantener la mirada fija en lo esencial: “Hemos madurado la exigencia de una nueva fraternidad, capaz de ayuda recíproca y estima mutua. Este es un tiempo favorable para volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo” concluyó.
Los pobres primero
Este domingo en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebró la misa con motivo de la IV Jornada Mundial de los Pobres, cuyo tema es "Tiende tu mano al pobre". Ante ello, monseñor Lorenzelli, expresó que “el encuentro con una persona en condición de pobreza siempre nos provoca e interroga. ¿Cómo podemos ayudar a eliminar o al menos aliviar su marginación y sufrimiento? ¿Cómo podemos ayudarla en su pobreza espiritual? La comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros. Y para apoyar a los pobres es fundamental vivir la pobreza evangélica en primera persona. No podemos sentirnos “bien” cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
Santiago, 16-11-2020