1. En mi calidad de Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, quiero expresar una palabra de aliento y esperanza a los creyentes en Jesucristo y a todas las personas de buena voluntad, ante la convocatoria a paro nacional y las diversas expectativas que esta movilización está suscitando.
2. Humildemente, pido a todos que las legítimas manifestaciones ciudadanas se realicen en un clima de paz y respeto, sin agresión ni provocaciones, cautelando siempre la dignidad de las personas y el bien común.
3. Junto con valorar las iniciativas de diálogo en curso, invito a las autoridades y a todos los actores significativos del mundo político, social, especialmente educacional, a discernir las demandas más profundas y esenciales que han ido surgiendo de este conflicto y a valorar los temas de fondo que ellas ponen en evidencia.
4. Como hemos señalado los Obispos en nuestra última declaración pública: “Recuperemos la confianza y el diálogo”, apelo a la generosidad de todos, especialmente de los dirigentes sociales y políticos, para abrir paso a un diálogo que permita construir caminos de mayor justicia, solidaridad y paz social.
5. De un modo especial, nos debe preocupar la situación de los jóvenes en huelga de hambre. En ellos reconocemos un clamor que no puede dejarnos indiferentes; a ellos, a sus familias y a todos los invito a valorar el don de la vida, y de su propia vida, para que sea semilla y promesa de tiempos mejores.
6. Que el Dios de la Sabiduría y de la Paz nos ilumine y guíe en estas horas emblemáticas para nuestra convivencia.
† Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Santiago
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Santiago, 23 de Agosto de 2011.