La comunidad de la parroquia de la Zona Centro ha dispuesto todos sus esfuerzos para ayudar a sus vecinos más afectados por la crisis sanitaria y social que afecta al país. Esta acción, que incluye entrega de comida caliente, en un comedor y una olla solidaria; baños comunitarios y hospedería para personas en situación de calle, se está haciendo en coordinación con las organizaciones de la sociedad civil del barrio Yungay, lugar donde está emplazada la parroquia desde 1870.
“Yo también vivía en la calle, aquí me dieron una oportunidad y confiaron en mí”, cuenta Iván Gutiérrez, quien está vinculado a la parroquia desde hace un año cuando, según sus palabras, el párroco Álvaro Chordi y la directiva de la parroquia, le abrieron las puertas del lugar y le permitieron surgir. Iván hoy puede devolver la mano y es el encargado de la seguridad y del aseo de los baños comunitarios que creó la parroquia, para que puedan ser usados por personas en situación de calle durante la pandemia.
Los baños son solo una de las obras de misericordia que ha implementado la parroquia en este tiempo de crisis sanitaria y social. También, la comunidad junto a su párroco ha llevado adelante otras iniciativas, como el comedor solidario que entrega comida caliente de lunes a sábado a las 13:15 horas a personas en situación de calle y la Olla Solidaria Nueva Esperanza, que entrega comida a las 18:30 horas los días lunes, miércoles y viernes; y cajas de mercadería cada 15 días, a los vecinos y vecinas del sector que se han visto seriamente afectados por la crisis.
“Para mí esta ayuda significa demasiado”, dice Daniela Guachapa, beneficiaria de la Olla Solidaria. Ella es migrante, de profesión enfermera y llegó a Chile hace un año con sus dos hijos pequeños, tenía un trabajo esporádico como cuidadora, pero por la pandemia quedó sin trabajo. Hoy vive en un cité sola con sus hijos y es vecina de la parroquia: “La Iglesia nos entrega una caja de alimentos y comida, y para mí es muy significativo, porque con eso alimento a mis dos bebés”.
Historia de solidaridad
La acción social de la parroquia no es algo que surgió a causa de la pandemia, sino que la comunidad tiene una historia de solidaridad. Hace cinco años, por ejemplo, nació ahí la fundación Fré, acompañada por el párroco de la época Juan Carlos Cortés, que apoya a personas migrantes, entregando orientación legal, ayuda con alimentos y otros ítems, que han necesitado en su estadía en Chile.
Al alero del estallido social de octubre de 2019, surgieron algunas acciones sociales, para apoyar a los vecinos que lo estaban pasando mal económicamente, como los adultos mayores. Hoy la ayuda está enfocada a personas en situación de calle y también para quienes –a causa de la pandemia- han tenido problemas económicos.
Patricio Tari, coordinador del Consejo Parroquial, explica que la ayuda actual “no solo es para los vecinos en situación de calle, sino que también a vecinos que se han ido poniendo a la fila, porque han quedado sin trabajo y que han tenido también la necesidad de alimentarse”. Y explica el sentido que para él tiene poder ayudar a coordinar el trabajo que está realizando la parroquia: “Nosotros hemos puesto como lema parroquial con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio, queremos hacer esa realidad, las necesidades del barrio de alguna manera, la parroquia, dentro de todos sus pocos recursos que tiene, se hace presente y hace el bien, que es a lo que Cristo nos llama: hacer el Evangelio una realidad viva”.
Y agrega que desde un punto de vista social este período ha permitido hacer “una alianza estratégica entre los mismos vecinos del barrio, junta de vecinos, asamblea autoconvocada, movimientos sociales, que nos hemos unido para generar estos servidores que dan comida a la gente de calle. No solo los parroquianos de la parroquia, sino que también vecinos que se han motivado y se han unido por la solidaridad”.
Así lo confirma Isabel Villegas, encargada de la Olla Solidaria Nueva Esperanza, que es fruto directo del trabajo mancomunado entre la Iglesia y la sociedad civil: “La idea surgió del párroco que coordinó con las distintas instituciones civiles del barrio, la coordinadora Yungai, y los bolicheros del sector, que son los que cocinan y los dueños de los restoranes, y de ahí se hizo esta idea de crear esta olla, que es una ayuda que damos en común. Ha sido una experiencia muy rica para nosotros como parroquia y para ellos, porque es ver otra Iglesia. Una más cercana con la que se puede dialogar, que acoge la diversidad, porque aquí hay personas que no creen, otros que son reticentes a la Iglesia, entonces, se ha creado una verdad de acoger la diversidad y nosotros también abrirnos a otros espacios, otras mentalidades y otros pensamientos”.
La reconstrucción
Esta solidaridad también ha sido retribuida de vuelta a la comunidad parroquial, quienes en 2010 vieron como su iglesia sufría graves daños en su infraestructura, quedando inutilizable tras el terremoto del 27F. Durante estos 10 años que vinieron, la reconstrucción estuvo a cargo del párroco Juan Carlos Cortés, quien gestionó la ayuda necesaria que hoy le devuelve a la comunidad su templo.
Su actual párroco, Álvaro Chordi, cuenta al respecto: “La comunidad, especialmente el padre Juan Carlos Cortés que impulsó la reconstrucción de este templo, no solamente física, también espiritual, están muy agradecidos por todos los aportes de todas las instituciones que han hecho posible este sueño. Esta iglesia ha estado cerrada 10 años y ahora todavía no está inaugurada, no está abierta, porque está la pandemia y tenemos que esperar a que se pueda abrir. Entonces, la comunidad está muy alegre, muy contenta con el templo y espera que también se revitalice la presencia eclesial en el barrio”.
Día de la solidaridad
En el marco de la celebración del Día de la Solidaridad el Obispo Auxiliar de Santiago, Cristián Roncagliolo, visitó la parroquia para bendecir sus dependencias, entre ellas los baños, el albergue, la cocina donde se realiza la olla común y un mural que se ubica a la entrada de la parroquia donde aparece el Buen Pastor.
“En San Saturnino se están desarrollando numerosas obras sociales desde comedores abiertos, ollas comunes, también tienen hospedería para personas en situación de calle y hemos visitado este lugar para bendecir particularmente los baños y las dependencias que están destinadas a las personas en situación de calle. Es muy significativo hacerlo hoy, porque es día de san Alberto Hurtado que nos recuerda que la solidaridad de Cristo nos une y que la solidaridad de Cristo tiene que mover nuestro corazón en pandemia o no, siempre y en todo momento y en todo lugar”, expresó el obispo.
Fuente: Comunicaciones Santiago
Santiago, 19-08-2020