Claves de la pastoral vocacional y el discernimiento, los temas de la III Mesa Vocacional
El nuevo encuentro de este ciclo se desarrolló vía teleconferencia este sábado 8 de agosto, contó con la participación de más de 110 religiosas y religiosos, sacerdotes, diáconos permanentes y laicos, especialmente agentes vinculados a la pastoral vocacional de la Arquidiócesis de Santiago.
Al inicio de la jornada, organizada por la Vicaría de la Esperanza Joven, el vicario, padre Cristián Roncagliolo, recuerda que el objetivo de estas mesas es regenerar y revitalizar una cultura vocacional en las parroquias, colegios, movimientos, órdenes religiosas e institutos de vida consagrada.
La primera intervención estuvo a cargo del padre Alexandre Awi Mello, Secretario del Dicasterio “Laicos, Familia y Vida”, sacerdote de Schoenstasatt, quien, desde Roma, hizo una reflexión sobre el tema "La Pastoral Juvenil en clave vocacional, a la luz de Christus Vivit", la exhortación apostólica de Francisco, fruto del la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes. El sacerdote recuerda que la pastoral vocacional ha marcado su ejercicio ministerial, que ha desarrollado en Chile, Brasil y ahora en Roma. Basado en esta experiencia, afirma que la vocación no debe asociarse solamente a un llamado a la vida sacerdotal o religiosa, sino a toda la vida cristiana, y que en el pre sínodo el clamor de los jóvenes fue que desean ser acompañados en este proceso y que sus guías sean testigos vivos del Evangelio, que sean humanos y no perfectos.
Luego, marcó tres aspectos de la mencionada exhortación apostólica Christus vivit. Primero, una renovada visión de la vocación. El documento, dice, pide un “ser para los demás”, y no un ser centrado en la propia realización, es decir, precisa, junto con la pregunta “quién soy”, también preguntarse “para qué estoy”. Y resalta la dimensión misionera y el encuentro personal con Jesucristo. Otro punto es una renovada visión de la pastoral vocacional. Aquí sostiene que falta hacer más en cuanto a la vocación al matrimonio. Por último, una renovada visión del acompañamiento. “Es un imperativo del tiempo actual que el joven aprenda a descubrir la voluntad de Dios en la vida cotidiana”, expresa, para lo cual, “la familia es el primer lugar del acompañamiento”.
En el momento de diálogo y preguntas de los participantes, el padre Aelxandre enfatiza que “no hagamos nada sin los jóvenes”, y sobre la familia cristiana dice que “no sabemos si en la próxima generación los abuelos tendrán fe”.
Discernimiento y encuentro profundo con Jesucristo
Después intervino Paulina Melo, psicóloga, experta en discernimiento y selección vocacional, quien habló acerca del tema “Algunos elementos psicológicos de discernimiento y libertad en las etapas juveniles-adulto”. Al respecto, recuerda algunos elementos centrales sobre el acompañamiento vocacional. Enfoca el tema en los aspectos de la virginidad, el desarrollo de habilidades emocionales y técnicas del cuidado. La base es un trípode: contexto, el acompañado y el formador.
En el desarrollo de su exposición, destaca que el acompañamiento es un proceso que requiere de información, de la escucha, de preguntas y respuestas. Al final del proceso debe haber logros en materia de identidad del formado, intimidad, integridad, independencia psicológica e independencia social. También el desarrollo de habilidades socioemocionales básicas. La profesional también destaca que no solo hay que trabajar al cuidado del otro, sino que cuidarse a uno mismo. “De esto el mundo religioso tiende a olvidarse”, comenta.
Finalmente, intervino el padre Francisco Ibáñez, formador del Seminario Pontificio Mayor de Santiago y psicólogo con especialidad formativa vocacional, quien expuso sobre el tema “Discernimiento espiritual y libertad en la pastoral juvenil”, con el fin de iluminar el momento en que el acompañamiento termina en una decisión de ingresar a la formación religiosa. Al respecto, destaca la necesidad de “mirar con los ojos de Jesús”, y que la “experiencia de un encuentro profundo con el Señor es la experiencia de todo cristiano”, por lo que no es el único requisito para iniciar un camino religioso.
Para aportar más en este discernimiento, el padre Fancisco señala que una pastoral vocacional debe considerar certezas y buenas prácticas. Certezas como que la vida sacerdotal es un don; que las salidas o abandonos no son fracasos; que se necesitan animadores vocacionales integrados y acompañados, y que es Dios quien siembra la vocación. Entre las buenas prácticas, menciona que la pastoral de la Iglesia es vocacional y no un “reclutamiento; que haya libertad y confrontación y “no proyectar en el otro lo que yo quiero hacer”. Sobre un inicio a la vida religiosa o sacerdotal, lo específico no es que el candidato sea “bueno para rezar”, sino tener una experiencia de afecto profunda y que esta relación afectiva se haga con normalidad y como una “opción de amor”. Otros requisitos son una buena salud física y mental, no imitar al que lo acompaña y tener alternativas vocacionales.
Terminadas las exposiciones, hubo un trabajo en grupos para reflexionar acerca de los desafíos planteados en las intervenciones de los expertos.
Al cierre del encuentro, monseñor Celestino Años, Arzobispo de Santiago, señala que la pastoral vocacional no es un asunto solo de los curas y las religiosas, sino “de toda la comunidad cristiana”, y que no somos Dios, que “cada uno es un pequeña piedrecita del mosaico”.
La Mesa Vocacional es una instancia de diálogo y reflexión donde representantes de las distintas comunidades religiosas de la Arquidiócesis de Santiago, se reúnen para profundizar y compartir experiencias sobre la vocación juvenil en los tiempos de hoy. La cuarta versión de esta mesa será el 10 de diciembre de este año.
Fuente: Comunicaciones Santiago
Santiago, 10-08-2020