En este día de fiesta para los católicos en muchos lugares del mundo, “especialmente en nuestro país, celebramos a Nuestra Señora del Carmen porque es Patrona y protectora de Chile, cuya devoción nace y empieza a extenderse desde los albores de la conquista y la evangelización en esta tierra, provocando así un gran amor a la Madre del Señor”.
Así inició su homilía el obispo Jorge Concha Cayuqueo, quien presidió la eucaristía en el monasterio Santa María Madre de la Unidad, donde continuó su mensaje y destacó que de este modo la “Carmelita”, como “también le dicen con tanto cariño en el norte del país, y entró tan profundamente, mezclándose también con raíces más antiguas de la cultura nortina de nuestra patria, y de una parte de Perú y de Bolivia”.
“Y por todas partes creció el cariño y la devoción por la Virgen, en la advocación de Nuestra Señora del Carmen, y en Ella siempre se encontró a la Madre que el mismo Jesucristo la había dejado como tal para sus discípulos, y haciendo realidad esto que nos dice el Evangelio (Jn 19, 26-27); ahí tienes a tu madre, cuando se la entrega a Juan”, agregó el pastor de la Diócesis de Osorno.
Explicó que, de este modo, la experiencia cristiana desde los “origines de nuestra fe a María como la Madre, porque Dios así lo ha querido, porque Él la siguió premiando por la grandeza de su fidelidad y de su entrega para hacer la voluntad del Padre, y así como también lo profetiza su propio cántico; Ella sería reconocida en todas partes, iba a ser grande en este sentido, y con tanta pureza lo dice aquella que es ejemplo de humildad. La Virgen María profetizó su grandeza, y así creció en todo el mundo, siendo reconocida como la Madre querida por Dios para todos”.
Enfatizó también que la Santísima Virgen, siempre está presente, especialmente en los tiempos difíciles y no podía ser de otro modo porque “se distinguió en momentos de dificultad de su pueblo, de los discípulos y de su propio Hijo. Ella, lo expresa en su mismo cántico (Lc 1, 46-55), surge por el querer de Dios, y sintetiza la esperanza de fe, y en un momento difícil de la historia del pueblo de Israel, cuando parecía que todo se venía abajo, surge María y comienza a concretizarse la promesa del Mesías, del Salvador para el pueblo de Israel”.
“María es una buena noticia en un tiempo de dificultad para el pueblo de Israel, es un signo de esperanza en momentos difíciles de todas las naciones”, dijo y agregó que la Santísima Virgen ha sido reconocida por toda la Iglesia, por los miembros más letrados y por aquellos más humildes y la devoción hacia ella suscitó también el surgimiento de “mujeres que quieren entregar su vida al servicio de Dios, en este amor especial a la Virgen del Carmen”.
Entonces, “florecen los Carmelos tempranamente también en la historia de nuestro país, y nosotros somos bendecidos de tener uno en la diócesis de Osorno”, señaló, y se dirigió a las hermanas Carmelitas Descalzas presentes en la santa misa “ustedes son herederas de esa devoción que tempranamente en nuestra patria se hizo fuerte hacia Nuestra Señora del Carmen, y somo bendecidos porque sin dudas que los Carmelos, nos remiten a los orígenes del reconocimiento de la imagen de la Virgen en la historia de salvación”.
Hoy, continuó el Obispo Jorge, en esta eucaristía celebramos la fidelidad de Dios y que la Santísima Madre del Señor, nos la recuerda siempre, “Ella es fiel y es por eso que la confianza en Jesucristo no debe mermar en nosotros y para eso es la oración y la escucha de la Palabra, y mantenernos en la caridad, en el amor, es importante. El señor en tiempo difíciles como a lo largo de la historia, y en este tiempo complicado que estamos viviendo, nos recuerda que Él es fiel. No estamos solos, en pandemia estamos con el Señor”.
“El está cerca especialmente de los que sufren y aún en aquellos que no lo reconocen y que están cerca de nosotros. Hoy celebramos y le damos gracias a Dios por esta fidelidad y por su cercanía y presencia dentro de cada uno”, agregó y enfatizó que esto es motivo de esperanza, “de esto salimos todos juntos, como dijo el Papa Francisco. Estamos en la misma barca y con la gracia de Dios”.
“Todo tiempo también debe enseñarnos, pidamos que este momento de nuestra historia, nos enseñe a ser mejores personas, más humanos, que seamos más hermanos y que no nos desviemos del centro. Dios es fiel y nosotros también tenemos que buscar la fidelidad y ojalá que en este tiempo difícil que vivimos, los cristianos católicos, nos distingamos también por nuestra fidelidad y tratando de hacer la voluntad del Señor”, finalizó el Obispo de Osorno.
Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 18-07-2020