Encuentro con empresarios. A un año de la visita de S.S. Juan Pablo II
Hace un año, en este mismo lugar, Su Santidad Juan Pablo II se reunió con un grupo representativo de empresarios chilenos. En esa oportunidad se le entregó una carta compromiso resumida en diez proposiciones de acción empresarial y a la cual adherían un número importante de empresarios con su firma.
En lo fundamental, dicho compromiso explicitaba actitudes personales de los empresarios, reflejadas en considerar su gestión empresarial como una participación en la acción creadora de Dios, en impregnar en su acción la Doctrina Social de la Iglesia y en asumir un estilo de vida austero.
Explicitaba, también, actitudes sociales basadas en el diálogo al interior de la empresa, en la creación de nuevos empleos, en respetar las organizaciones sindicales, en preocuparse por la capacitación y participación de los trabajadores en la empresa y en los frutos que de ella provengan.
Explicitaba, igualmente, actitudes gremiales de participación en las organizaciones empresariales para proyectar las convicciones provenientes de la fe cristiana y sus consecuencias en el campo económico y social como, a la vez, el propósito de cumplir las normas morales en los intercambios comerciales, en la propaganda y en las obligaciones legales y tributarias.
Con motivo de cumplirse un año del acontecimiento histórico de la visita del Papa a Chile, hemos invitado a los mismos empresarios que con él se reunieron a fin de hacerles entrega de la Encíclica recientemente publicada por el Santo Padre "Sollicitudo rei Socialis" que estamos ciertos iluminará el quehacer de los empresarios en el Chile de hoy.
Es nuestro interés que dicha Encíclica sea analizada en profundidad porque recoge el magisterio de la Iglesia Universal de los últimos años sobre este tema y lo ilumina con la reflexión de nuestro Pastor Juan Pablo II.
Queremos también, en esta oportunidad, recordando los compromisos contraídos por ustedes hace un año, en este mismo lugar y ante el Santo Padre, reflexionar en conjunto sobre los temas económico-sociales que, en el acontecer nacional, nos inquietan desde una perspectiva moral. Creemos que los empresarios, si hacen efectivos los compromisos contraídos, pueden ayudar en gran medida a su solución. Les hablamos a ustedes y a todos los empresarios de nuestro país.
Nadie podría dudar que la intrepidez, la iniciativa. la creatividad y la aceptación del riesgo, características propiamente empresariales, han sido factor decisivo en el crecimiento económico que se ha producido en diversos sectores en los últimos años. Sectores como el forestal, el frutero y el pesquero, como algunos otros, muestran avances significativos. Las exportaciones, en general han sido incentivadas y han generado divisas al país y empleos productivos.
Todos deseamos que los trabajadores participen de este crecimiento y de la riqueza que este esfuerzo, también de ellos, ha generado. Por eso, nos preocupamos por la justa distribución de los bienes, por la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, por los frutos del compromiso social de todos los empresarios cristianos.
Nos inquieta que publicaciones especializadas de universidades y otros centros de investigación muestren que la pobreza en Chile no sólo no ha sido erradicada, sino que ha aumentado en términos relativos.
Nos preocupa que los salarios de los trabajadores se mantengan en niveles que no alcanzan para su subsistencia mínima (más del 40% de los asalariados recibe sueldos imponibles de menos de $20.000); la alta cesantía que subsiste en los grandes centros urbanos, que afecta especialmente a la juventud; que la austeridad, anunciada en su carta compromiso, no haya sido asumida plenamente. Existe en muchos, la percepción de que el lujo y los suntuarios son un derecho de aquellos que tienen más.
Nos preocupa, en resumen, que la Economía de la Solidaridad no sea un camino todavía claramente iniciado en nuestro país. Reiteramos, por eso, la urgente necesidad de escuchar el clamor del Santo Padre en su discurso en la CEPAL: "¡Los pobres no pueden esperar!".
Creemos que el empresario tiene un papel determinante en el Chile de hoy y que la Empresa es un lugar donde se refleja la calidad del tejido social de una nación. Nunca en la historia de nuestro país los empresarios han tenido tanta responsabilidad, en la construcción de una sociedad más fraterna y más justa, como en este fin del siglo XX.
Todos hemos reconocido cuán profundamente nos tocó el mensaje y la visita del Papa a Chile en lo personal. Él vino "con el Evangelio en la mano" (22) a adentrarse como peregrino en el corazón de cada chileno; como mensajero de nueva vida (14), con un mensaje pascual (20).
Para poder acogerlo de verdad, todos tenemos que revisar nuestros miedos e intereses. Son ellos los que cierran el corazón al hermano y dificultan los caminos del futuro y la esperanza.
Lograda esa verdad, que nos hace libres, podremos decir que hemos sido evangelizados, rescatados también de nuestros intereses egoístas y nuestros temores.
Entonces, lo que se ha hecho realidad en nuestras vidas personales, podrá ser proyectado a lo social con un verdadero sentido de servicio evangélico, también marcado por los rasgos de la intrepidez, la iniciativa, la creatividad y la aceptación del riesgo.
Es por esto tan importante que los empresarios asuman responsablemente, con verdadero significado vocacional, y con la máxima dedicación, con real sentido misionero, la tarea social que les compete.
Deben transformarse, de este modo, en los principales agentes y promotores de esta economía de la solidaridad, que exige una actitud generosa, participativa y abierta al interior de cada empresa y que ayudará, sin duda, a fortalecer a nivel nacional, el diálogo y entendimiento que la justicia y la paz social de Chile requieren.
Los talentos y aptitudes que el Señor les ha entregado deben ser utilizados para transformar una economía basada en la competitividad y el lucro en otra que, sin perder su eficiencia, busque en todo la solidaridad y promueva caminos de participación para el crecimiento y desarrollo del hombre.
Les agradecemos su presencia aquí esta tarde y les urgimos a hacer realidad plena el compromiso que asumieron ante Su Santidad hace un año. Cuenten con nuestro pleno apoyo y compañía pastoral en esta noble tarea.
Por encargo del Comité Permanente del Episcopado
† CARLOS GONZALEZ CRUCHAGA
Obispo de Talca
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
† SERGIO CONTRERAS NAVIA
Obispo de Temuco
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile
Santiago, 8 de abril de 1988