Una gran fiesta con cantos, bailes, dinámicas, formación y la celebración de la Santa Misa, vivieron niños, niñas, jóvenes y adultos de distintas parroquias de nuestra diócesis, el festejo de la Vigilia de Pentecostés en la parroquia San José de Francke.
Bajo el lema “Con el Soplo del Espíritu Santo Curamos Nuestras Heridas”, los fieles entusiasmados y alegres disfrutaron de cada momento que la Pastoral Juvenil preparó para esta nueva conmemoración de la venida del Paráclito que Dios envió a su Pueblo, y con Él, le dio la misión de compartir la Buena Noticia de su Reino.
A la celebración asistieron hermanas y hermanos de diversas comunidades y colegios de Osorno y Quilacahuín, además del coro de la Capilla Cristo Rey. También algunos sacerdotes, diáconos, las religiosas Terciarias Capuchinas y el Obispo Jorge Concha Cayuqueo, Administrador Apostólico de nuestra Iglesia local, acompañaron y participaron junto, y en medio de la asamblea, los distintos momentos.
En la oportunidad, el Pastor de los osorninos destacó que “nos encontramos celebrando desde hoy la Fiesta del Espíritu Santo, quien nos da vida, alegría, esperanza, es el Espíritu que nos prometió el Señor Jesús antes de subir al lado del Padre. Y para nosotros, los católicos, es un gran festejo porque podemos renovarnos siempre con su presencia en cada uno”.
También invitó a que “podamos acoger el Espíritu de Cristo, de Dios. Que le podamos dar vida, y eso se demuestra siempre con alegría, con esperanza y con deseos de entregar lo mejor de nosotros mismos para construir un mundo mejor. También pidámosle que nos enseñe a hacer lo que no sabemos hacer, que vitalice y fortalezca todas nuestras virtudes y que venga sobre nosotros, que nos asista y nos acompañe”.
Por su parte el padre Juan Francisco Jofré, párroco de la parroquia San José en Francke, dio la bienvenida a los presentes y destacó la importancia del lema de este año, y el entusiasmo con que la asamblea trabajó en esta Vigilia de Pentecostés en torno a sanar “las heridas que todos y todas tenemos. Pero necesitamos saber que no tenemos por qué vivir solos las experiencias dolorosas; Jesús dijo yo no los dejaré solos y le enviaré una ayuda, el Espíritu Santo”.
Finalmente, y después de nueve horas de agradecer a Dios por el envío de su Espíritu, aliento de vida para su Pueblo peregrino en la Tierra, los cantos, el baile, las dinámicas, fueron recogidas en la calma y en la contemplación del Señor Jesús en la Santa Eucaristía.
Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 08-06-2019