Señor Cardenal Renato Rafael Martino:
Con gran alegría le doy la más cordial bienvenida a esta Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en la que deseamos que se sienta verdaderamente en casa.
Su presencia entre nosotros nos evoca muy cercanamente la figura paternal del Santo Padre Benedicto XVI y ello es para nosotros motivo de gozo profundo.
Desde que tuvimos noticia de su visita a esta Casa de Estudios Superiores nos sentimos honrados. Es para nosotros la oportunidad de manifestarle nuestra gratitud por su largo e importante servicio como pastor de la Iglesia al servicio de la paz, la justicia y la concordia entre las naciones.
Seguimos con verdadera atención e interés su participación durante los 16 años que se desempeñó como Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York. En esa importante tribuna usted proclamó y defendió la doctrina evangélica acerca de la paz verdadera, que es la que se fundamente en la verdad, la justicia, el amor, la libertad y el perdón. Particular importancia tuvieron para nosotros sus intervenciones acerca del desarrollo, el desarme, la pobreza, la defensa de los derechos de los menores, la defensa de los refugiados en tantas partes del mundo, de la libertad religiosa y la promoción de los derechos humanos.
Queremos agradecerle también de manera especial su trabajo, desde el año 2002, en el Pontificio “Justicia y Paz” y muy particularmente su trabajo en orden a la publicación del esperado “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia”, que ha contribuido tan significativamente para el mayor y mejor conocimiento de esa dimensión tan esencial del Evangelio de Jesucristo.
Desde el año 2006 usted también preside el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes. Para nosotros es éste un tema fundamental, ya que Chile, y particularmente nuestra región de Valparaíso, es territorio de migrantes. Muchos de nosotros somos hijos o nietos de inmigrantes que llegaron a este país y a esta zona buscando una vida de mejor calidad, y que aportaron la riqueza de su fe cristiana y de sus culturas originarias al patrimonio de la cultura nacional. Y un porcentaje importante de los alumnos y profesores de nuestra Universidad han llegado de otras regiones del país y también algunos desde el extranjero.
Señor Cardenal: no debo alargarme en esta cordial bienvenida que en nombre de la Diócesis y de la Universidad le dirijo. Lo que ahora realmente importa es escuchar sus palabras.
† Gonzalo Duarte García de Cortázar, ss.cc.
Obispo de Valparaíso
Valparaíso, martes 30 de septiembre de 2008.
