Gran cantidad de fieles acudieron a la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Codegua a la Misa de la Luz, celebrada el 31 de octubre por el administrador apostólico de Rancagua, monseñor Fernando Ramos, junto al párroco Mario Mella.

Ésta se efectúa desde hace años afuera del cementerio (colindante a la iglesia), por lo que luego de la misa muchos deudos entran a ver a sus seres queridos que han fallecido.

El año pasado esta fiesta de la luz dio un vuelco, pues se inauguró un memorial para los niños no nacidos.

El padre Mario Mella cuenta que la construcción del memorial de los niños no nacidos  surgió de las confesiones de muchas personas que manifestaban su dolor por no tener un lugar físico donde dejar una flor a ese hijo no nacido; y “como sociedad –comenta el padre- no nos habíamos hecho cargo de este dolor, porque los niños que fallecen a una edad temprana de gestación no se entregan, quedando ese vacío”. 

A la Misa de la luz de Codegua personas llegan con una vela o un cirio, porque en esta mirada de esperanza cristiana, desde el cirio pascual se saca la luz que simboliza la resurrección del Señor,  la que es repartida para ser depositada luego en el lugar donde se encuentra el ser querido.

Otro signo es que la gente puede llevar un pendrive con fotografías de las personas que quiere recordar y que son proyectadas durante la misa, porque es muy difícil nombrarlos a todos.

El tercer elemento es un globo con helio que es soltado con el nombre de la persona que se está recordando. Estos son los signos que permiten a las personas llenarse de esperanza y liberar el dolor.

Fuente: Comunicaciones Rancagua
Codegua, 01-11-2018