En un ambiente de reflexión, de quietud y silencio para el encuentro personal con el Dios de la Vida, los fieles de la Diócesis de Osorno vivieron el espacio de “Oración Cantada” al que las pastorales Juvenil y Vocacional, conjuntamente con la Red Ignaciana del Sur de Chile, invitaron a rezar juntos “Nuestra Esperanza”.
Así, los católicos osorninos llenaron todos los espacios disponibles en el templo dedicado a San Francisco, donde escucharon y acompañaron con sus voces los cantos que el sacerdote jesuita, Cristóbal Fones, interpretó en alabanza al Señor Jesús, este martes 2 de octubre.
En este espacio de recogimiento, el padre guió la oración e invitó a la asamblea pedir por la Iglesia chilena, especialmente por la de Osorno, “vinimos a alabarte Señor desde nuestra verdad comunitaria, que es una verdad de agotamiento. Llevamos varios años de desgaste como Iglesia y queremos aprender a descansar en ti, y aún en este invierno eclesial, estamos aquí juntos, y queremos seguirte en comunidad”.
En la oportunidad, el padre dijo que nuestra Iglesia está viviendo este momento igual que la tierra después de la cosecha, la cual vuelve a ararse y con la primavera, se abren los surcos y la semilla nueva, cae en tierra buena, “ha sido un tiempo muy duro, pero soy un convencido de que hoy somos una mejor Iglesia porque tenemos los ojos más abiertos, porque nos damos cuenta del dolor que han sufrido muchos miembros de nuestra comunidad, porque nos damos cuenta que hay modos que no ayudan, que no se condicen con el Evangelio”.
Y pese a todo “como dice la canción de Benjamín González Huerta: Aquí estamos, arados de arriba abajo. Despojados de todo prestigio, de toda buena imagen, aquí estamos abiertos para una nueva siembra, un brote nuevo de esta misma santa y pecadora Iglesia, que somos todos. Porque hay esperanza y somos tozudamente creyentes, porque Jesús no nos abandona, Él es fiel y nos va a ayudar a restituir las confianzas, los amores, los lazos, porque Él es el protagonista de esta Iglesia”.
Así, el padre Cristóbal Fones, reflexionó entre un canto otro, donde también oró “aquí, estamos Señor, dispuestos a que vuelvas a tocar nuestro corazón para restaurar lo que está caído, para sanar lo que está herido, no solo a nivel comunitario sino también en nuestras familias y en nuestra propia vida”.
Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 03-10-2018