1.- Ante todo, debo comenzar diciendo que si ayer no hice declaración no ha sido porque no quiero enfrentar ni dar la cara en esta situación de la posible acusación de abuso sexual que pesa sobre el P. Low.
Necesitaba informarme mejor sobre este situación y conocer el contenido del proceso que sólo ayer tuvo acceso su abogado.
Por otra parte, podrán comprender que también para mí ha sido un golpe muy duro e inesperado. Una situación que pensaba que nunca más tendría que enfrentar y sufrir, sin embargo la vida me ha deparado otra sorpresa.
2.- Deseo dejar en claro y bien claro que solo el pasado lunes 7, en la noche cerca de las 20,00 hrs. fui de manera voluntaria al llamado que me hiciera el Sr. Fiscal al cuartel de investigaciones, donde deseaba informarme e interrogarme. Todo esto en el marco de la investigación que venía haciendo desde el mes de Enero.
Concurrí libremente, pues me interesaba conocer y saber lo que sucedía, y tomar las provisiones del caso, pues en ningún momento queremos ni ocultar ni dificultar la investigación judicial.
Nunca tuve algún conocimiento o información de lo que me informó el Sr. Fiscal, incluso hoy leyendo el diario me he desayunado con algunos antecedentes que allí se escriben.
3.- Sepan que soy el primer interesado en querer conocer y saber la verdad, que se haga justicia y se repare el daño, esto por el bien de la víctima, de la comunidad eclesial y del acusado.
Por ello, que una vez conversado con el P. Low y su abogado, procedí a suspenderlo del ejercicio del ministerio sacerdotal y de su responsabilidad pastoral, el martes 8, de tal manera que esto facilitara la investigación, diera libertad a la comunidad cristiana y diéramos una clara señal de transparencia, que nos ayude a todos a conocer la verdad y así se pueda aplicar justicia.
4.- Ayer, antes de la formalización del P. Low, nuestro Obispado hizo una declaración pública, a fin de evitar algunos malos entendidos. Sin embargo, hemos visto en varios medios de comunicación social, imprecisiones, acentuaciones, que poco contribuyen al bien común y termina por sembrar duda sobre la veracidad de sus informaciones. También a ustedes les pido que nos ayuden en este proceso.
5.- Al inicio he señalado que personalmente soy el primer interesado en conocer y saber la verdad; como Padre Obispo, Pastor de esta Iglesia Magallánica estoy muy afectado, pues nuestra vocación es para fomentar y proteger la vida, sobre toda la de los niños, adolescente y jóvenes. Por ello he comprendido el dolor manifestado a viva voz en el tribunal por un familiar de la víctima, a ella y a todos los que se le ha causado dolor, les pido de corazón perdón y como dice nuestra declaración del día de ayer: “nuestras puertas están siempre abierta para acogerlas y ayudarlas”.
6.- El pecado y la enfermedad, han estado siempre presente en la vida y la historia de la humanidad y de la Iglesia. Como Iglesia no estamos exentos de situaciones como las que estamos viviendo, es fruto de la dinámica de la Encarnación del Señor, quien ha querido hacerse uno de nosotros y compartir plenamente nuestra humanidad. Frente al mal que nos puede aquejarnos como comunidad cristiana, queremos mirarlo de frente y evitar que en lo sucesivo vuelva a ocurrir.
Los invito a fijar nuestra mirada en aquellos hombres y mujeres que aunque consagrados al Señor, cada día enfrentar su debilidad y aún así nos dan un hermoso y silencio testimonio de santidad y fidelidad.
† Bernardo Bastres Florence
Padre Obispo de Magallanes
Punta Arenas, 10 de abril 2008
