Reunidos en Valdivia (Chile), del 1 al 4 de abril, los Obispos del sur de Chile y de la Patagonia hemos reflexionado y compartido –en un ambiente de fraternidad y comunión eclesial- sobre distintos temas que desafían nuestra acción pastoral.
Hemos recibido el aporte de expertos que nos han transmitido datos y tendencias de la realidad para proyectar allí la luz que viene del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, en especial del Documento de Aparecida.
1. Migraciones
Nos proponemos desarrollar algunas acciones pastorales en nuestras Iglesias particulares, según las posibilidades. Ellas son:
a) Fortalecer las Comisiones de Pastoral Migratoria, en los lugares donde las hay, y crearlas donde no existen.
b) Establecer un puente entre la Iglesia que recibe al migrante y aquélla de donde proviene.
c) Motivar y formar al personal consagrado y agentes laicos de pastoral en el tema de la movilidad humana, que es un signo de los tiempos.
d) Establecer formas concretas de acogida en cada Diócesis, como por ejemplo un lugar de culto, una oficina y personal que atienda a quienes han venido de otras partes.
e) Favorecer la promoción humana integral de los migrantes, lo que implica tutelar su dignidad y sus derechos, el ejercicio de la solidaridad y de la subsidiariedad, atendiendo por ejemplo, la situación de los indocumentados.
f) Promover la evangelización de los migrantes que implica acoger su religiosidad, valorarla y acompañarla, junto con ofrecer instancias de catequesis, formación y espiritualidad, para que ellos mismos se conviertan en discípulos y misioneros de Jesucristo.
g) Animar la inculturación, ayudando a valorar la cultura del lugar a donde se llega, sin perder su identidad de origen.
2. Pueblos Originarios
Hacemos nuestro lo expresado por el Documento de Aparecida que afirma: “como discípulos y misioneros al servicio de la vida, acompañamos a los pueblos indígenas y originarios en el fortalecimiento de sus identidades y organizaciones propias, la defensa del territorio, una educación intercultural bilingüe y la defensa de sus derechos” (n. 549), todo ello realizado en un clima de diálogo, paz y justicia.
Por eso, nuestras Pastorales tendrán como objetivos importantes la valoración, la integración, el respeto y la participación de estos pueblos.
Hemos compartido con alegría y esperanza el regalo de Dios de la beatificación de Ceferino Namuncurá Burgos, joven mapuche, ocurrida el 11 de noviembre de 2007, y que consideramos como un don y desafío para la evangelización de nuestros pueblos.
3. Patagonia: reserva de la Vida del Planeta
Consideramos a la Patagonia como una unidad territorial de reserva de vida en el planeta, con una maravillosa biodiversidad.
Es un don de Dios que todas las personas de buena voluntad, especialmente los creyentes, debemos amar y proteger, con sabiduría y solidaridad, para la sustentabilidad de la presente y futuras generaciones.
En nuestro fraterno compartir nos ha preocupado la existencia de proyectos (mineros, hidroeléctricos, nucleares, acuícolas, forestales…) que buscan instalarse en nuestras tierras y que podrían dañar gravemente el equilibrio ecológico y la paz social.
La ética medioambiental nos plantea evitar toda explotación indiscriminada de la naturaleza, sobre todo del agua, hoy tan indispensable y escasa para la vida humana.
A su vez, exige elaborar una política energética sustentable en función del bien común.
Llamamos a:
a) participar muy activamente de las informaciones, propuestas de proyectos, discernimiento y toma de decisiones que se relacionan con la Patagonia;
b) acrecentar la solidaridad con los más pobres e indefensos, promoviendo el servicio y la sustentabilidad;
c) valorar la justicia y la paz, sobre todo en el trabajo y la convivencia social;
d) promover la cultura de la vida y la austeridad con los bienes, aún en los detalles cotidianos.
4. 30ª Aniversario del tratado de Paz y amistad entre Chile y Argentina
El 29 de noviembre de 2009 se cumplirán 30 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile. Este Tratado nace de la mediación del Papa Juan Pablo II en la persona del Cardenal Antonio Samoré.
A partir de este acontecimiento se proponen algunas iniciativas:
a) Reactivar la promesa hecha por los Episcopados de Chile y Argentina de “levantar un monumento a la Virgen de la Paz en el límite de Monte Aymond, que proclame… la victoria de la paz” (del Documento firmado en Punta Arenas, Chile, el 4 de abril de 1987, refrendado por el Papa Juan Pablo II).
b) Fomentar y favorecer iniciativas y encuentros binacionales que trabajen y eduquen a favor de la cultura de la paz.
c) Solicitar a las Conferencias Episcopales de Chile y Argentina el tratamiento de este tema.
Los Obispos de la Patagonia y sur de Chile damos gracias a Dios por vivir y servir en esta tierra tan fecunda en historia, bienes de la naturaleza, personas, pueblos y culturas.
Ponemos en las manos de la Santísima Virgen María, Madre de nuestros pueblos, todos los propósitos, desafíos y compromisos, frutos del trabajo y la oración de este encuentro.
Valdivia (Chile), 4 de abril de 2008
† Cristián Caro C.
Arzobispo de Puerto Montt
† Néstor Navarro
Obispo de Alto Valle
† Manuel Camilo Vial R.
Obispo de Temuco
† José Pedro Pozzi, sdb
Obispo Emérito de Alto Valle
† Ignacio Duccase M.
Obispo de Valdivia
† Esteban Laxague, sdb
Obispo de Viedma
† René Rebolledo S.
Obispo de Osorno
† Marcelo Melani, sdb
Obispo de Neuquén
† Juan María Agurto M., osm
Obispo de San Carlos de Ancud
† Virginio Bressanelli, scj
Obispo de Comodoro Rivadavia
† Luis Infanti De La Mora, osm
Obispo Vicario Apostólico de Aysén
† Fernando Maletti
Obispo de San Carlos de Bariloche
Pbro. Humberto Fuentealba R.
Por Diócesis de Villarrica
† Juan Carlos Romanin, sdb
Obispo de Río Gallegos
Pbro. Fredy Subiabre M.
Por Diócesis de Punta Arenas