El Maestro ha sido llevado al sepulcro, es guardado en lo profundo de la tierra, allí está, allí está el rey que duerme, ¿qué hacen los discípulos a esta hora?. Han huido, están ocultos, tienen temor de que a ellos les ocurra algo parecido. Sin embargo hay algunas mujeres, junto a José de Arimatea, que se han atrevido a llevar el Cuerpo de Jesús al sepulcro.
Muchas veces en la vida, tenemos la impresión de que todo es un fracaso. Que las situaciones que vivimos ya no tienen solución, que no podemos dar un paso atrás aunque quisiéramos, pero cuando empieza a estar Dios en nuestra vida, aunque bajemos a la profundidad de los sepulcros, siempre allí habrá una esperanza. Siempre habrá esperanza para un drogadicto, siempre habrá esperanza para un matrimonio en crisis, siempre habrá esperanzas para un enfermo, siempre habrá esperanza para ti y para mi, porque el Maestro ha bajado a la profundidad de nuestras soledades, de nuestros dolores. Ciertamente nunca la tierra ha tenido tan adentro al sol.
Por eso cantemos la esperanza que se vive en la espera aunque parezca que todo ha fracasado. Nosotros somos hombres y mujeres que vivimos en la espera del Señor y la realidad no siempre habla de Él, pero en esta realidad dura de la vida, nosotros creemos en Dios.
Este Sábado Santo en la tarde, cuando esté cayendo el sol comenzará, según la costumbre de la antigua medición del tiempo, el día domingo. Cuando el sol se oculte en el horizonte y entremos en la noche, en la Santísima Noche de la Resurrección de Cristo, noche hermosa y fulgurante, noche que guardó el secreto de la resurrección del Señor, noche que contempló el misterio más grande del Dios que se levanta de la muerte, del Dios que golpeado, sacrificado por los hombres, vuelve a la vida porque la muerte no ha podido con sus cadenas.
Esta es la Noche Santa, esta es la noche del misterio en que la más profunda oscuridad es testigo de una luz que brilla en medio de los pueblos. ¿Quién es esta luz?, ¿quién es esta esperanza?, ¿quién es este que ha vencido la muerte?: es Jesucristo, el Señor.
Cristo, no es solamente un hombre, un dato histórico o un reformador social. Es un Dios que se hizo carne y que ahora levanta, en su carne, al que estaba caído. Aquí está nuestra alegría y por eso esta noche los cristianos, a lo largo de todo el mundo, nos vamos convocando en la oscuridad de nuestros templos para encender esta luz magnifica, esta luz preciosa.
Jesucristo brilla en nuestra oscuridad. No tengas miedo, dice el resucitado. Cuando te sientas solo, cuando te sientas fracasado, cuando te sientas con temor, cuando estés en la oscuridad, siempre ten presente que Cristo es una luz que ha vencido a todas las tinieblas. ¡Que tengamos una hermosa Noche de Pascua!.
† Marco Antonio Órdenes
Obispo de Iquique
