Ante los lamentables hechos que están aconteciendo en el valle de Copiapó, respecto a la situación laboral de miles de temporeros y a su relación con las empresas agrícolas, queremos compartir algunas reflexiones:
1. Pedimos respetuosamente a las partes involucradas que vuelvan a reunirse en la Mesa de dialogo para analizar la real situación actual y buscar soluciones concretas que tomen en cuenta el consenso de las partes..
2. Así como valoramos los pasos dados por algunas empresas en el trato humano con los temporeros y en las remuneraciones, también lamentamos que muchas empresas no estén cumpliendo con los derechos básicos, que la ley garantiza a los trabajadores: “higiene, alimentación, reconocimiento de horas extras”.
3. Hay que valorar la capacidad y la valentía de los trabajadores para organizarse y sindicalizarse en defensa de sus legítimos derechos.
4. Estamos ciertos que la violencia no conduce a nada, pero también nos preocupa el constatar que situaciones de injusticia pueden ir generando actitudes y comportamientos violentos.
5. Cuando no se respeta los acuerdos firmados, se genera frustración y desencanto en los trabajadores, al sentir con toda razón que no son escuchados.
6. Muchas personas que trabajan con contratistas siguen denunciando la existencia de abusos que dañan la dignidad de los trabajadores y vulneran sus legítimos derechos.
Como Iglesia Católica queremos invitar a todos los actores involucrados en esta compleja situación a reestablecer la Mesa de diálogo, como una instancia de encuentro digno y respetuoso, donde los trabajadores se sientan respetados y escuchados y las empresas puedan seguir haciendo su valioso aporte a nuestra Región.
Que el corazón materno de Nuestra Sra. de la Candelaria, cuya novena estamos iniciando, nos ayude a todos en esta tarea de dignificar y valorar el trabajo humano.
† Gaspar Quintana J., CMF
Padre Obispo de Copiapó
Copiapó, enero 24 de 2008