A los queridos y queridas Catequistas:
En este hermoso día dedicado a ustedes, he pensado escribirles esta Carta de saludo, en la que les manifiesto varios sentimientos de mi corazón de Pastor.
En primer lugar, quiero dar gracias al Padre de nuestro Señor Jesucristo, por todos Uds., “teniendo presente ante nuestro Dios y Padre, el obrar de la fe de Uds., el trabajo difícil de su caridad, y la tenacidad de su esperanza en Jesucristo nuestro Señor” (1 Tes. 1, 2-3)
Después deseo agradecerles de corazón el gran esfuerzo que Uds. hacen por ayudarme, junto a los Presbíteros y Diáconos permanentes, a anunciar la Buena Nueva que el Señor Jesús me encargó proclamar, como sucesor de los Apóstoles.
Cuántos de Uds., además de los trabajos de la casa, de los compromisos con su trabajo o estudios, o de los problemas económicos o familiares, son constantes y generosos en acompañar el proceso de fe de sus hermanos y hermanas en las diversas catequesis: la del Bautismo, de la Confirmación, de la iniciación a la Eucaristía, del Matrimonio, de Adultos, etc.
Uds. saben la importancia que tiene la catequesis como dimensión de la nueva evangelización a la que nos llama nuestra Iglesia. A manera de repaso les recuerdo lo que nos dijo el recordado Juan Pablo II: “la catequesis es un proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que informa la mente yo toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de modo pleno y completo.” (Ecclesia in America, n. 69).
En este Día de Uds., me permito darles dos consejos. El primero tiene que ver con el testimonio de vida de Uds. en cuanto a que están llamados a ser buenos discípulos y misioneros de Jesucristo, en sus palabras, criterios y acciones de la vida cotidiana. ¡Qué lindo sería que cada uno de Uds. sea un ejemplo de seguidor de Jesús!
El segundo está relacionado con el proceso de la formación de Uds. para un mejor servicio a quienes el Señor los ha enviado. Esta formación debe ser permanente y ha de integrar lo existencial y lo bíblico, los doctrinal y lo ético, lo celebrativo, lo pedagógico y lo relacionado con la comunicación (cf. Síntesis de aporte a la Quinta Conferencia General de los Obispos en Aparecida, n. 315).
Estamos en un momento muy importante de la vida de nuestra Iglesia que es Misionera, en nuestro continente y en esta parte de Chile. ¡Animo, que el Espíritu del Señor nos acompaña con sus dones!
Que tengan un hermoso Día del Catequista, junto a sus Párrocos y demás hermanos en la fe, y que sigan anunciando al Señor Crucificado y Glorioso, protegidos por el amor materno del Corazón de la Virgen María!
Les agradece su labor y les bendice de corazón, su Pastor,
† Gaspar Quintana J., CMF.
Obispo de Copiapó
