Mensaje de Mon. Juan Ignacio González a los catequistas diocesanos
En el día de la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos, Mons. Juan Ignacio González recuerda a todos los catequistas las recientes palabras del Papa Benedicto XVI en Brasil sobre la importancia de la catequesis para la vida de la Iglesia y
Fecha: Jueves 17 de Mayo de 2007
Autor: Monseñor Juan Ignacio González
Estimadas (os) catequistas de San Bernardo
En estos días la Iglesia ha seguido con particular atención el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha traído a nuestra América, al inaugurar la V Conferencia General de Episcopado de Latinoamérica y el Caribe, que está teniendo lugar en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, en Brasil.
En su mensaje dirigido a los Obispos de esa nación, el Sucesor de San Pedro señalaba: “Recomenzar desde Cristo en todos los ámbitos de la misión. Redescubrir en Jesús el amor y la salvación que el Padre nos da, por el Espíritu Santo. Ésta es la sustancia, la raíz, de la misión episcopal que hace del Obispo el primer responsable por la catequesis diocesana. En efecto, tiene la dirección superior de la catequesis, rodeándose de colaboradores competentes y merecedores de confianza. Es obvio, por tanto, que sus catequistas no son simples comunicadores de experiencias de fe, sino que deben ser auténticos transmisores, bajo la guía de su Pastor, de las verdades reveladas”
Seguía luego el Papa: “La fe es una caminata conducida por el Espíritu Santo que se condensa en dos palabras: conversión y seguimiento. Ésas dos palabras-llave de la tradición cristiana indican con claridad, que la fe en Cristo implica una praxis de vida basada en el doble mandamiento del amor, a Dios y al prójimo, y expresan también la dimensión social de la vida cristiana” La verdad supone un conocimiento claro del mensaje de Jesús, transmitida gracias a un comprensible lenguaje inculturado, pero necesariamente fiel a la propuesta del Evangelio. En los tiempos actuales es urgente un conocimiento adecuado de la fe, como está bien sintetizada en el Catecismo de la Iglesia Católica con su Compendio” agregando que es “parte de la catequesis esencial también la educación a las virtudes personales y sociales del cristiano, como también la educación a la responsabilidad social”
En la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos, que la Iglesia celebra como el Día del Catequista, quisiera, primeramente, saludar con particular afecto a todos y todas quienes trabajan en esta tarea esencial de la vida de nuestras comunidades y pedirles que meditemos estas palabras del Pastor Universal de la Iglesia que están referidas específicamente a los que han sido llamados a ser los transmisores de la fe a nuestros niños, jóvenes y adultos.
Con la gracia de Dios, seguimos firmes en el camino ya diseñados hace un tiempo y cuyos frutos comienzan a verse: llegar cada vez a más niños, jóvenes y adultos en nuestras catequesis, usar el material adecuado tanto en la preparación de las clases y dinámicas necesarias como para los catequizados, de manera que todos cuentes con libros adecuados a este fin, y luego, profundizar este caminar – como lo llama el Papa – mediante una debida formación permanente de nuestros catequistas, lo que se ha concretado en el Diplomado en Catequesis Parroquial, que imparte el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y que este año tendrá ya el primer curso de graduados.
Queridos colaboradores del Obispo en la misión de la catequesis tarea que – como acaba de decirnos el Papa – es una de sus mayores responsabilidades, sigamos adelante sin desfallecer, con la mirada puesta en el Señor Jesús que conduce con mano firme y delicada a su Iglesia. Seamos muy fieles a todos los contenidos que debemos enseñar a quienes nos han sido confiados. Así Dios les pagará en esta tierra con la alegría de ser de verdad discípulos y misioneros de su Hijo Jesús y luego en la vida eterna nos tendrá un lugar muy cerca suyo, porque aquí hemos dedicados nuestra vida a hacer a los niños, jóvenes y adultos, amigos de Jesús. Que María nuestra Madre celestial bendiga a cada uno, a sus familias y comunidades parroquiales y San Bernardo, nuestro Patrono, nos conceda la audacia para llegar a los corazones de los hombres y mujeres de nuestros tiempo que buscan a Dios.
San Bernardo, 20 de mayo de 2007, Solemnidad de la Ascensión del Señor
† Juan Ignacio González Errázuriz
Obispo de San Bernardo
ORACIÓN DEL CATEQUISTA
Señor Jesús:
Aquí me tienes para servirte
y colocar a tus pies la labor en que estoy empeñado.
Tú me escogiste para ser catequista,
anunciador de tu Mensaje a los hermanos.
Me siento muy pequeño e ignorante,
soy a menudo inconstante,
pero sé que Tú me necesitas.
Gracias por confiar en mí, pequeño servidor tuyo.
Estoy pronto a cumplir esta hermosa tarea
con sencillez y modestia, amor y fe.
Quiero ser instrumento tuyo
para despertar en muchos hermanos:
cariño por tu persona,
confianza en tus promesas,
deseos de seguirte como discípulo.
Bendice día a día mis esfuerzos;
pon tus palabras en mis labios,
y haz que, en comunión con mis hermanos,
pueda colaborar en extender tu Reino.
María, tu que seguiste siempre con fidelidad
las huellas de tu Hijo,
guíanos por ese mismo camino.
Amén.