Vicario para la Familia, Padre Marcos Burzawa, saluda con afecto a los padres y los invita a entregar tiempo y compañía a los hijos.
"Durante toda la vida aprendemos tantas cosas… Aprendemos a escuchar y hablar; a mirar y reflexionar; a amar y ser amados. Estudiamos para que la vida sea más fácil y más exitosa. Nos preparamos para asumir las responsabilidades sociales y profesionales… No obstante, cuando se trata de algo mucho más importante, que es la paternidad, frecuentemente nos reconocemos débiles, mal preparados y sin herramientas para ejercer esta misión. ¿Por qué es así?
En primer lugar, porque la tarea de ser padre es mucho más compleja que cualquier trabajo o profesión. Es la tarea cuyo ejercicio exige de nosotros plena disponibilidad y entrega. Uno no puede ser padre “de vez en cuando” – este servicio es full time…
En segundo lugar, debemos comprender que la paternidad no surge en el momento de la concepción de un hijo. La paternidad es un proceso y como tal necesita tiempo, dedicación y acompañamiento.
En tercer lugar, hay que reconocer que la sociedad actual, con todo su desarrollo socio-tecnológico-cultural, no facilita el ser padre. Hay poco tiempo para dialogar, para conocerse y para amarse. Las diferencias generacionales hoy son mayores, pues mucho de lo que hacen, piensan y valoran los niños y jóvenes es desconocido y, a veces incomprensible, para sus propios padres.
En cuarto lugar, en la vida se necesitan modelos; personas de las cuales aprender los valores, para, a su vez, poder transmitirlos a los propios hijos. Desgraciadamente, no todos han tenido la oportunidad de contar con testimonios humanos que puedan inspirar una paternidad fecunda.
En este domingo, en que celebramos el día del padre, quisiera saludar con inmenso afecto a todos los papás. A ustedes los invito a detenerse unos minutos para contemplar la imagen Dios Padre, pues Él es, según San Pablo, el modelo originario de toda paternidad (Cf. Ef 3,14-15). Precisamente es Dios Padre quien ha querido compartir con cada uno de ustedes la inmensa y maravillosa tarea de dar vida y de darla en abundancia. Por eso los animo a no tener miedo y a no dejarse confundir: los hijos necesitan de vuestro tiempo y compañía...para ellos, usted, papá, es irremplazable.
A la poderosa intercesión de San José, Padre en la Tierra del Redentor -quien conoció los gozos, los trabajos, los desafíos, los temores y las ofrendas de la paternidad- confiamos la vida y la sabiduría de todos los papás de Chile y del mundo entero".
Padre Marcos Burzawa MSF
Vicario Episcopal para la Familia
Arzobispado de Santiago
Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 15-06-2006