Juan Andrés Rojas Farías es casado y padre de cuatro hijos.
“Siento que más que un llamado, es una necesidad de servir”. Con estas palabras responde Juan Andrés Rojas Farías al momento de ser consultado sobre cómo nació su vocación al diaconado. “Dios ha sido demasiado bueno con nosotros y a Él no se le puede retribuir, la única manera es por medio de nuestros hermanos; creo que en esa búsqueda uno va descubriendo el llamado de Dios. También ha influido mi mamá, Florentina, quien fue mi guía y primera formadora. Hace 18 años fue llamada a la casa del Padre y su compañía está presente en cada parte de este proceso”.
Casado, padre de cuatro hijos, profesional y con un trabajo independiente, se preparó en la Escuela del Diaconado Permanente desde el año 2007, para comprometerse y consagrar su vida al servicio del Señor y sus hermanos. Pertenece a la comunidad de María Reina y Madre de la Población Pichi Pelluco, en Puerto Montt.
Juan nació en San Fernando, el 27 de marzo de 1963 y vivió su niñez junto a sus padres Florentina del Rosario y José Andrés, y sus tres hermanos, en un sector rural de la precordillera de la Región de O’Higgins.
Su familia la integran su esposa Paula y sus hijos Andrés (19 años), que estudia ingeniería mecánica en mantenimiento industrial en Inacap; Paulita (11), que estudia en el Colegio San José; José Miguel (8), quien estudia en el Colegio Arriarán Barros y Martín (5), que cursa prekinder en el mismo colegio.
Durante la Santa Misa de ordenación, que se celebró en la Catedral de Puerto Montt el sábado 6 de agosto –Fiesta de la Transfiguración del Señor- el Arzobispo, monseñor Cristián Caro señaló que "Hoy también vivimos una transfiguración (...) El Espíritu Santo hoy unge el corazón de nuestro hermano Juan Andrés, para hacer de él testigo e imagen de Cristo Servidor. También se escucha la voz del Padre que le asegura a Juan Andrés que es hijo querido del Padre y que a través de él se hará presente la palabra de Dios".
Al finalizar la santa misa de ordenación, el nuevo diácono indicó que son muchas las personas a las que debería agradecer por haber llegado a este momento tan significativo en su vida. Destacó el importante apoyo de su familia, su comunidad parroquial. Igualmente agradeció la presencia de representantes de los colegios donde estudian sus hijos y sus compañeros de trabajo, entre otros. Finalmente invitó a toda la comunidad a rezar juntos la oración de San Francisco de Asís, por el significado que tuvo esta oración desde su infancia y por lo que representan estas palabras de amor y servicio.
Durante la celebración, también fue bendecida la placa conmemorativa de la Marcha por la vida realizada el pasado 9 de julio, la que quedó ubicada junto al cuadro de Jesús Misericordioso que está en el ingreso de la Catedral.
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt
Puerto Montt, 06-08-2016