Emotiva misa en memoria del padre Miguel Ortega

Emotiva misa en memoria del padre Miguel Ortega

Martes 06 de Junio de 2006
Cerca de un millar de personas asistió el domingo de Pentecostés, 4 de junio pasado, a la Misa en memoria del Padre Miguel Ortega Riquelme, al cumplirse un año de su pascua. La eucaristía, celebrada en la parroquia de San Lázaro, en el centro histórico de Santiago, fue presidida por Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, y concelebrada por el Vicario de la Pastoral Social, pbro. Rodrigo Tupper; los padres Juan de Castro y Guillermo Arceu; los presbíteros Felipe Ortega y Luis Peña, entre otros sacerdotes.

Monseñor Contreras, en su homilía, dijo que Pentecostés es la fiesta de los cumplimientos de las promesas de Dios y de su Hijo Jesucristo: “les enviaré un Espíritu paráclito, abogado, defensor; un Espíritu del consuelo para recorrer los senderos difíciles de nuestra existencia hacia la casa del Padre. Un Espíritu que les recordará todo lo que les he dicho y hecho”. Lo que “celebramos hoy en los cinco continentes es un milagro que nos indica que Dios es el Señor de la historia”, indicó el Obispo.

Recordando al Papa Juan Pablo II, agregó que con Pentecostés “se inicia el tiempo de la Iglesia que durará hasta la segunda venida gloriosa del Señor. Por eso, el creyente no debe temer y debe abrirse al don de la paz de Cristo resucitado que libera de todo temor paralizante”. Para ello “es necesario creer en Pentecostés, en el milagro que une a las personas de todos los pueblos, culturas y condiciones porque el anuncio es Jesucristo. Lo contrario de lo sucedido en Babel, donde las lenguas se confundieron porque los hombres quisieron suplantar a Dios e imprimir egoístamente sus propias huellas dactilares a sus obras. No reconocieron la primacía de Dios y a dependencia filial, por lo que se produce en la convivencia humana la competencia y la confusión de lenguas que lleva a la incomunicación y finalmente a la muerte”.

Mons. Contreras señaló, además, que Pentecostés es un regalo de Dios que nos invita a que todos podamos entendernos. También hoy, constató el obispo, hay signos de nuevas Babeles: “en nuestra Patria, incluso hablando un mismo idioma, somos incapaces de entendernos, de lograr mesas de diálogo y de buscar consensos para una vida mejor”. Lo mismo sucede al interior de las familias. A ella le exigimos mucho, pero cuenta con pocos aliados para que cumpla su misión de ser una escuela de comunión y participación.

En este marco, el obispo destacó tres aspectos de la vida del P. Miguel que son un aporte a renovar Pentecostés y a dejar atrás las Babeles que nos dividen: el gran amor para predicar el nombre del Señor Jesús, el amor a la familia, el aporte a un Chile reconciliado. Todo ello plasmado en su predicación, en sus decenas de libros y aportes para que las familias rezaran unidas; y en su aporte a una convivencia más justa.

La Eucaristía fue precedida por un momento de “lectio divina” y por la presentación del libro: “La mejor herencia. Textos escogidos del P. Miguel Ortega R.”, seleccionados por su sobrino Rodrigo Capo Ortega.

El Padre Miguel Ortega falleció el 4 de junio de 2005 a consecuencia de un infarto, momentos antes de celebrar un matrimonio en la parroquia san Lázaro.

Fuente: DOP Santiago
Santiago, 06-06-2006