Muy queridos jóvenes:
Al iniciar las actividades del Año Escolar 1985, en el Año Internacional de la Juventud, a nombre de los Obispos de Chile, pastores de la Iglesia, quiero saludarlos con todo cariño.
Queremos, en esta ocasión, hacer nuestro el llamado del gran amigo de los jóvenes Juan Pablo II quien ha convocado también a los jóvenes del mundo entero para celebrar este año internacional.
Les proponemos, con Juan Pablo II, este desafío: “LA PAZ Y LOS JOVENES CAMINAN JUNTOS”.
Nos anima la certeza de que ustedes pueden aportar con sus fuerzas, sus energías y su generosidad, no sólo a hacer más claro y luminoso el avance hacia la paz, sino también a caminar juntos con decisión hacia ella.
Para que este desafío sea realidad les proponemos dos medios:
l. Desarrollen toda su vida y sus energías con Cristo Jesús, el gran amigo.
No es difícil que hoy día ustedes se sientan solos. A veces no son comprendidos; les falta ser aceptados en diálogo con sus padres, con sus profesores, con el mundo que los rodea.
Sienten que su natural alegría es carcomida por la soledad y no saben cómo deben enfrentar los graves problemas que se les presentan.
Temen que el mundo, al cual se les llama a entrar para transformarlo, sea su enemigo.
Pero ningún joven está solo. En esta lucha por un mundo nuevo, Cristo Jesús, el Señor de todos, el siempre joven, está con ustedes. Los quiere acompañar día tras día, momento a momento. Delante de ustedes para mostrarles el camino, junto a ustedes para acompañarlos, detrás de ustedes para protegerlos.
Por eso, les recomendamos a cada uno de ustedes: Háganse amigos íntimos de Jesús, conversen con El, lean su Palabra, especialmente en el Evangelio, coméntela en sus grupos, vivan esa misma Palabra en gestos concretos trabajando por la paz y la unidad de nuestra Patria.
Ustedes son generosos y pueden hacerlo.
2. Confíen en ustedes mismos.
Ustedes ven que hay mucho joven desanimado que se siente incapaz de enfrentar tantas dificultades que encuentran a su alrededor.
Más de alguno piensa que es mejor sacarle el cuerpo a estas situaciones difíciles. Evadirse con las drogas, el mal uso del alcohol o de esa gran energía que el Señor ha puesto en sus vidas, que es la capacidad de amar.
Sin embargo, jóvenes de Chile de hoy, ustedes son capaces de vencer y de crear un mundo nuevo, distinto, en que puedan desarrollar verdaderamente sus vidas para el bien de toda la comunidad. Todo lo pueden si buscan su apoyo en Jesús, el amigo que nunca falla.
Ellos anima a participar activamente en todas las organizaciones juveniles en las que ustedes puedan entregar una parte de ustedes mismos, recordando las palabras de Jesús: “Es más feliz quien da que quien recibe”.
En estos momentos de tanto dolor para nuestra patria con motivo del terremoto, Chile espera de sus jóvenes una generosidad mayor expresada en todo tipo de iniciativas desde el trabajo voluntario hasta cualquiera idea o sugerencia en bien de los demás. El joven generoso triunfa ya desde ahora, el egoísta se destruye a sí mismo y a su futuro.
Queremos estar con ustedes momento a momento. Los queremos como la parte más activa, limpia y generosa del cuerpo social.
Por eso, como padres y pastores de la Iglesia de Jesús, les prometemos nuestra amistad, nuestro cariño, el impulso a todo tipo de iniciativas. Queremos que ustedes no se sientan solos y puedan sumar su esfuerzo al de los demás e ir construyendo una Iglesia, un mundo, una Patria, que sean cada vez más un lugar donde todos, y especialmente ustedes, se sientan felices.
Con mucho cariño les damos nuestra bendición en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
† Tomás González M.
Obispo de Punta Arenas
Presidente Departamento de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile
Marzo 1985, Año Internacional del Joven