Un llamado a vivir Semana Santa en un espíritu de recogimiento y oración, formuló el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz, durante la celebración de Domingo de Ramos.
Cientos de fieles llegaron hasta la Catedral Metropolitana para participar en la Misa de Domingo de Ramos que presidió el Cardenal Francisco Javier Errázuriz. La Eucaristía fue concelebrada por Monseñor Damián Acuña y por Mons. Ignacio Muñoz, deán y canónigo de la Catedral, respectivamente; y por los Pbro. Rodrigo Polanco y Cristián Roncagliolo.
Tiempo de oración
“Nos importa tremendamente lo que pasó con Jesús. Por ello Semana Santa es un tiempo para el recogimiento y la oración”, dijo el Cardenal Francisco Javier Errázuriz. “Lo que hizo Jesucristo, el haber dado su vida por nosotros, nos impresiona profundamente. Y por eso es una semana en la cual nosotros estamos aquilatando cuánto nos quiere Dios que quiso enviar a su Hijo, entregarlo, y que pudiera dar su vida por nosotros; cuánto le importa a Dios nuestra vida, nuestros caminos de felicidad, nuestra paz”, agregó el Arzobispo de Santiago.
Erradicar la violencia
Por otra parte, en su conversación con los periodistas luego de presidir la Misa de Domingo de Ramos, el Cardenal Errázuriz llamó a erradicar de nuestra vida personal y social todo signo de violencia, al comentar el cruel asesinato de un joven en Santiago.
“Son hechos terribles. Tienen que dejarnos conmover en nosotros que ocurran hechos así en nuestra sociedad y al mismo tiempo debemos tomar la decisión más honda de erradicar las causas de esta violencia y erradicar todo signo de violencia. Que nuestros sentimientos al prójimo no sean de agresión, de enemistad, que nuestros sentimientos sean de cercanía, de ayuda, de apoyo, aún de corrección si se quiere, pero de ninguna manera eliminar al otro porque no está en mis planes”, señaló Monseñor Errázuriz.
Aclamar al Señor
La homilía de la Misa de Domingo de Ramos, en esta oportunidad, estuvo a cargo del Pbro. Ignacio Muñoz, canónigo de la Catedral, quien reflexionó sobre el Evangelio de San Marcos que relata la pasión y muerte de Jesucristo.
“Nos hemos reunido para aclamar a Jesucristo como nuestro Señor. Él se entregó por nuestra salvación. En Semana Santa celebramos el misterio central de nuestra fe, celebramos el hecho que da sentido a todas las demás semanas del año. Celebramos la actualización de la muerte y la resurrección de Jesucristo”, dijo el P. Ignacio Muñoz.
“No se trata –agregó- solamente de recordar algo histórico, algo que sucedió hace más de dos mil años, sino que esta celebración litúrgica de hoy y de siempre, debe acoger y asumir la actualidad de esa muerte tan violenta en la cruz y la permanente novedad de la resurrección para todos nosotros. Los invito a que nos sintamos muy desafiados a convertir esta semana en una semana realmente santa. Donde estemos vayamos a los templos estos días. Lo central de estos días no es quedarnos sólo en la pasión del Señor, sino en vivir su Pascua. Estos días debieran ser un retiro largo, días en que buscamos una mayor conversión”.
Un signo de compromiso
Monseñor Muñoz invitó a los fieles a convertir los ramos benditos en signo de compromiso con Cristo, empeñándonos en dejar de lado todos los signos de muerte que hay en nuestra vida personal y social. “Esta semana –indicó- será santa si nosotros damos un paso más en morir al pecado personal y colectivo, empezando una vida nueva junto al resucitado. Que María ruegue por nosotros para que el Señor haga de cada uno de nosotros instrumentos dóciles a fin de que nuestro mundo, el entorno que nos rodea, resucite a la paz, a la fraternidad, a la justicia social. Resucitemos a la solidaridad. Resucitemos a una auténtica justicia social”.
Fuente: DOP Santiago
Santiago, 10-04-2006