A los 80 años de edad, el Sacerdote Álvaro Oyarzún Vera, volvió a la casa del Padre
Una vida misionera, recorriendo islas y los lugares de más difícil acceso, caracterizaban al Padre Álvaro Oyarzún Vera, quien falleció el 12 de enero, luego de 11 años en recuperación tras haber sufrido una trombosis, donde su familia lo cuidó muy afectuosamente. Hace cuatro años atrás, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, lo atendieron en su enfermedad y su bienestar en el Hogar Buen Samaritano, una vez fallecida su hermana Viola, quien dedicaba todo su tiempo a sus cuidados.
Un hombre lleno de espiritualidad y amor a Cristo, que entregaba todo su tiempo en ayuda al prójimo fue el padre Alvarito, como lo llamaban sus feligreses con cariño. Recorrió la cordillera, atravesó mares para entregar el evangelio y difundir por todos los rincones el Oremus, su libro que siempre lo llevaba a todas partes.
Nació el 7 de junio de 1925 en Puerto Montt, en una familia llena de valores cristianos. Sus padres José Oyarzún Borquez y Eulogia del Tránsito Vera Vera, le entregaron a su hijo desde pequeño una educación de amor al Señor y el prójimo, compartiéndola con sus 8 hermanos, hoy todos fallecidos.
Sus estudios primarios los realizó en el Colegio San Francisco Javier de los Padres Jesuitas, para luego ingresar al Seminario Menor de Ancud en el año 1938. Sus estudios superiores los realizó en el Seminario Mayor de Concepción, Ancud y San José de la Mariquina entre los años 1938 a 1950.
Es así como en septiembre de 1950 fue Ordenado Diácono y el 24 de diciembre de 1950 fue ordenado sacerdote por Monseñor Ramón Munita Eyzaguirre en la Catedral de Puerto Montt.
Su Vida Sacerdotal
En cada comunidad que trabajó, los feligreses lo trataron con cariño, gracias a la entrega por completo a su ministerio. Es así como su primer trabajo pastoral fue en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Puerto Varas, como Vicario Cooperador en el año 1951.
Fue Párroco por primera vez, en la Parroquia San José de Llanquihue en 1953, donde permaneció 4 años trabajando codo a acodo con la comunidad. Y durante sus 55 años de sacerdocio fue Párroco en la Parroquia de Bellavista, Las Quemas, Angelmó, Cochamó, Maullín y Río Frío. Pero en la última Parroquia que entregó su trabajo fue María Inmaculada de Cochamó, donde en 1994 sufrió una trombosis que lo dejó en muy mal estado de salud.
En 1960 fundó la Legión de María en la Arquidiócesis de Puerto Montt.
Hoy, la Arquidiócesis de Puerto Montt, agrade toda la labor que realizó el padre Álvaro Oyarzún entregando un ejemplo de espíritu misionero a sacerdotes, religiosas y laicos.
Sus restos están siendo velados en la Catedral de Puerto Montt y sus funerales se realizarán el sábado 14 de enero a las 12:00 en la Catedral Metropolitana para ser trasladados a la Capilla de Cementerio Católico.
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt
Puerto Montt, 13-01-2006