No todos los años muere un Papa y se elige otro Papa que declara Santo a un chileno. Sin duda, cargado de emociones y desafíos para la Iglesia se presentó el año 2005, pronto a concluir.

En este Año de la Eucaristía asistimos a la agonía y la pascua de Juan Pablo II, y participamos de un tributo universal que traspasó las barreras de la fe. También saludamos la elección de Benedicto XVI y sus primeros meses de Pontificado.

Para Chile, la canonización de Alberto Hurtado fue una alegría que inundó las comunidades, después de un proceso hermoso de preparación, con mesas de encuentro y esperanza.

La Misión de los jóvenes, los festejos de aniversario en varias diócesis del país, la palabra de los Obispos en un año de elecciones, que caló hondo en la sociedad en su clamor sobre la desigualdad, son otros de los momentos que se repasan en este resumen, preparado por la Oficina de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal de Chile.

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Fuente: Prensa CECh
Santiago, 16-12-2005