CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 7 diciembre 2005 (ZENIT.org).- Con motivo del centenario del nacimiento del cardenal Antonio Samorè (1905-1983), quien ha pasado a la historia por haber logrado la paz entre Chile y Argentina, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, celebró este martes una misa en las grutas vaticanas.
En la homilía, el cardenal Sodano, quien en medio de la crisis era nuncio apostólico en Santiago de Chile, repasó el ministerio pastoral del cardenal Samorè has culminar con el famoso Tratado de paz y de amistad.
Poco después de ser elegido Papa, Juan Pablo II Fue designó al cardenal Samoré como su representante especial ante Argentina y Chile para la resolución pacífica del conflicto limítrofe entre ambos, el 24 de diciembre de 1978.
La mediación papal llevada a cabo por el cardenal Samorè evitó una guerra inminente entre ambos países que estaban gobernados por militares. Su acción permitió que se firmara, en 1984, el Tratado de paz y amistad entre Chile y Argentina, ante el Secretario del Estado Vaticano, Agostino Cassaroli. Samorè no pudo ver la concreción del tratado, pues había fallecido un año antes.
Antonio Samorè nació en Bardi, diócesis de Piacenza, Italia. Estudió en el seminario de Piacenza y en el Ateneo Pontificio de Letrán, en Roma. Fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1928 en Piacenza, iniciando su trabajo pastoral en la misma diócesis hasta 1932.
Fue elegido arzobispo titular de Tirnovo y designado nuncio apostólico en Colombia, el 30 de enero de 1950. Desempeñó el cargo de secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios desde el 7 de febrero de 1953. Asistió al Concilio Vaticano II entre 1962 y 1965.
Fue creado cardenal el 26 de junio de 1967 y nombrado presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
Fue prefecto de la Congregación para la Disciplina de Sacramentos desde el 1 de noviembre de 1968 hasta el 12 de diciembre de 1974, cuando fue nombrado bibliotecario y archivista de la Santa Iglesia Romana. Falleció el 3 de febrero de 1983 en Roma.
Vaticano, 07-12-2005