1. La Navidad nos invita cada año a concentrar nuestra mirada en la humilde alegría del pesebre, para renovar nuestra fe y el sentido de nuestra vida. Jesucristo es la Palabra que todos esperábamos y que Dios nos tenía que decir: “la fe en el Dios que tiene rostro humano trae la alegría al mundo.” (Papa Benedicto XVI ).
2. La razón más honda de la paz y la belleza del pesebre no es la ausencia de sufrimientos y problemas… el camino ha sido largo e incómodo, ellos no han sido bienvenidos en Belén, están lejos de su familia y su casa, el lugar es frío, no hay comodidades, medicinas, agua caliente …incluso el niño está amenazado de muerte y pronto tendrán que escapar a otro país, a Egipto.
3. La Paz y la alegría de la familia formada por el Niño, la Virgen María y San José, no es el bienestar ni la seguridad humana. Su paz proviene de que cada uno de ellos vive totalmente centrado en Dios y se ha puesto servicio de los demás. Todo se puede resolver cuando Dios encuentra lugar en el corazón humano.
4. Navidad es un llamado a cuidar más nuestras familias. Si no nos amamos con el amor de Dios fiel y permanente, se seguirá secando la fuente que nutre el alma de la patria. El debilitamiento de la familia favorecido por leyes y estilos de vida sin Dios, explica, en buena parte, que en Chile hoy tenemos más cosas que antes, pero somos menos felices.
5. En la Sagrada Familia, que tiene un pesebre por hogar, se encuentra realizado el sueño de Dios para toda la humanidad, para cada sociedad, para cada persona. Allí, como brota el agua de un manantial, Jesucristo se convierte en la fuente de vida nueva que comienza a correr para regar todas las vidas haciéndolas buenas y eternas.
6. Si hacemos silencio y oración, podemos escuchar con claridad lo que nos dice cada uno de los miembros de la Sagrada Familia.
7. El Niño Dios está en el pesebre diciéndonos a todos: “he venido para que tengan vida abundante”, “vengo a amarlos hasta la muerte”, “vengo como un grano de trigo” “…cuenten conmigo” “…estaré siempre con ustedes…” “vengan a mí cuando se sienten cansados y agobiados” “…vengo para llevarlos a Dios”, “vengo para que su alegría sea completa”.
La Virgen María también está allí diciéndole al Señor y a nosotros sus hijos… “no temas, estoy contigo como tu esclava, te serviré cada día, te ayudaré a crecer como hijo de Dios, te cuidaré y acompañaré siempre, hasta en las circunstancias más dolorosas de tu vida” …¡Cuenta conmigo que soy tu madre!.
También San José nos habla en su silencio: “…les cuidaré siempre, conseguiré todo lo necesario, veré que nadie les haga daño, les ayudaré a crecer ¡Cuenten conmigo!.
8. La presencia de Cristo, adorado y amado en el corazón de cada uno de nosotros puede inaugurar el milagro que necesita nuestra tierra, nuestra patria, nuestras familias y lugares de trabajo; el milagro de que todos nos pongamos al servicio de los demás. Ese es el milagro que iniciará la paz y hará de nuestro mundo, poco a poco un adelanto del cielo…
“Donde ha brotado la fe en Aquél niño, ha florecido también la caridad: la bondad hacia los demás …la atención solícita a los débiles y a los que sufren, la gracia del perdón”(B. XVI )
9. El amor de Dios se traduce en una palabra que en el pesebre todos dicen: ¡Cuenta conmigo! ¡Cuenta conmigo siempre! …no importa lo que pase, como estés, lo que hayas vivido en el pasado… ¡cuenta conmigo de verdad! …nada hará que te deje de querer y ayudar. ¡te perdono, volveré a confiar en ti…!
¡Cuánto necesitamos que resuenen estas palabras, estos gestos en nuestros hogares, en nuestras oficinas y empresas! ¡Cómo necesitan oír estas expresiones que llenan el pesebre nuestros jóvenes que se sienten solos e incapaces de seguir, nuestros niños, los solos y enfermos de la tierra!
10. La paz buscada sólo con leyes, técnicas y estrategias humanas; sólo con esfuerzos y buenas voluntades, es incapaz de darnos lo que buscamos …necesitamos a Dios. La realidad del pecado en el corazón humano necesita la gracia; necesita la obra del Espíritu Santo que se acerca, sana y ennoblece nuestra la libertad, para ponerla al servicio del bien para todos. ¡Cristo es nuestra paz! (Ef 2,14).
“…a la incapacidad del esfuerzo humano para engendrar una Paz sólida y estable, la Paz de Cristo presta la ayuda de su inagotable optimismo (Pablo VI )
11. Que esta noche santa nuestro pensamiento, nuestra oración y nuestro compromiso se vuelvan también hacia los tristes de la tierra. Oramos por tantos que no han visto aún la estrella ni han escuchado el canto de los ángeles. “…todos los que están probados por el dolor y el sufrimiento, a los que viven bajo la amenaza de la violencia y la fuerza de las armas o que, agraviados en su dignidad, esperan en su rescate humano y social. Los dirijo a los niños, que con su inocencia enriquecen de bondad y esperanza a la humanidad y, con su dolor, nos impulsan a todos trabajar por la justicia y la paz” ( Papa Benedicto XVI , Jornada Mundial de la paz 2007 ).
12. Que la Virgen María nos enseñe en su Hijo el camino de la paz e ilumine nuestros ojos para que sepan reconocer su Rostro en el rostro de cada persona humana, corazón de la paz.
Feliz Navidad y año nuevo pleno de bendiciones del Señor, les desea con cariño
† Horacio Valenzuela Abarca
Obispo de Talca