Ante la sentencia de primera instancia del Juzgado del Crimen de Valparaíso en que se condena al presbítero Eduardo Olivares Martínez a la pena única de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo por diversos delitos sexuales cometidos en el año 2002 contra menores, se acoge en su favor el beneficio de libertad vigilada y también se lo condena al pago de una indemnización de quince millones de pesos, el Obispado de Valparaíso declara:
1) Respetamos los fallos de los Tribunales de Justicia. Los abogados defensores verán los próximos pasos que deberán dar para acudir a las instancias de apelación.
2) Reiteramos nuestro compromiso con los niños y jóvenes en situación de riesgo social y valoramos inmensamente la gran obra que en favor de ellos realizan muchas instituciones de Iglesia y del mundo civil.
3) Manifestamos nuestro total acuerdo con la doctrina establecida por el Papa Juan Pablo II el 23 de abril de 2002 y reiterada por el Papa Benedicto XVI el 28 de octubre pasado en el sentido de que “no hay lugar en el sacerdocio y en la vida religiosa para quienes dañan a los jóvenes”.
4) Esperamos que en las próximas instancias judiciales se establezca la total verdad sobre este caso, en el que el padre Olivares se ha declarado reiteradamente inocente.
5) Invitamos a orar por cuantos han sido afectados por estos dolorosos acontecimientos, especialmente por los menores y sus familias.
Obispado de Valparaíso
Valparaíso, 8 de noviembre de 2006.