Ante la reciente sentencia en relación al llamado caso Cottolengo, quiero señalar lo siguiente:
1. El juicio se ha realizado, la sentencia ha sido dada y sólo cabe el respeto a los fallos de la justicia. Los abogados defensores verán los pasos jurídicos posibles a darse en el futuro.
2. La Iglesia, como lo ha hecho siempre, invita a rezar por los niños, sus familias y también por el sacerdote Jorge Galaz. Ha habido mucho sufrimiento. Que este sufrimiento, ofrecido junto a la Cruz de Jesús, sea causa de vida nueva para muchos.
3. Hay que destacar, una vez más la extraordinaria labor benéfica y educativa que realiza el Pequeño Cottolengo, tanto en Rancagua, como en otras ciudades del País y algunos otros países del mundo. Un hecho particular como este, no empañará ni desanimará a esta obra de gran contenido evangélico.
4. Un llamado fraterno a toda la comunidad para seguir colaborando generosamente con el Pequeño Cottolengo y a trabajar con renovado empeño en su desarrollo y servicio de amor a los desvalidos.
5. Un llamado especial a todos los que sirven en el Pequeño Cottolengo a continuar su trabajo con entrega y capacidad de respeto de unos para con otros.
6. Recemos también para que las eventuales heridas en el corazón de muchos en estos meses, puedan cicatrizar y se produzca la paz y la reconciliación, frutos del Espíritu de Dios.
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Rancagua, 25 de julio de 2006