“Todos los que lo oyeron, se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lucas 2, 18-19).
Fecha: Jueves 22 de Diciembre de 2005
Pais: Chile
Ciudad: s/r
Autor: Mons. Manuel Donoso D.
A todos los católicos, y a todas las mujeres y los hombres que habitan estas provincias de Elqui y de Limarí, que son sus compañeros de viaje.
1. Junto con María, la que creyó y supo dar gracias a Dios su Salvador por las maravillas que hacía, los invito a celebrar esta Navidad, especialmente en Andacollo. Nuestra Región necesita de personas que vean, oigan, y guarden la Palabra en su corazón. Con un encuentro personal con esta Palabra Salvadora. Personas capaces de decir SI de una vez para siempre, y de hacer el viaje de ese SI hasta su corazón, a su interior, hasta la profundidad de su persona, con todas las consecuencias que este viaje tiene.
2. Vivamos así la sencillez del pesebre y la cercanía del Señor; contemplemos su Cuerpo entregado por todos, para que todos tengamos vida, y vida en abundancia. Es el mejor regalo, el mayor regalo. Sigamos esta invitación a la vida sencilla, a la fraternidad y a la hermandad. Si hacemos “regalos”, que lleven estas características. Que los ajetreos no nos quiten la paz de Belén y que podamos encontrarnos como familia.
3. Viviremos esta Navidad en la cercanía de las elecciones presidenciales. Junto con dar gracias a Dios por la mejor situación económica del país, frutos de tantos esfuerzos de todos, pido fervientemente que la mirada a Jesús en el pesebre nos ayude a reforzar, “el respeto y el apoyo que se brinde a toda vida humana -desde el instante mismo de su concepción-; el respeto por la dignidad de las personas, especialmente de quienes más sufren y los pobres, como asimismo el respeto por las minoría étnicas y religiosas; el cultivo de las buenas relaciones con los países hermanos, evitando hegemonías que amenazan la fraternidad entre pueblos soberanos; la superación de las desigualdades escandalosas entre los países y, por desgracia, también la interior del nuestro; la preocupación por los campesinos y su trabajo productivo; las oportunidades reales y factibles para los jóvenes; el derecho al trabajo, al descanso dominical, a la justa retribución que permita una vida digna, a las prontas imposiciones del dinero descontado a los propios trabajadores; y a las pensiones dignas para las personas jubiladas y montepiadas” (Declaración Obispos, 14 diciembre de 2005). Hagámoslo junto a todos nuestros hermanos, “quienes son nuestros compañeros de viaje” (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, núm. 3)
4. El pesebre nos enseña que Dios llama a todos, pastores y reyes. Que reine el entendimiento y la búsqueda del bien común entre nosotros, por sobre las diferencias legítimas. Como he dicho ya varias veces, invito insistentemente a que haya relaciones de mayor confianza especialmente entre empresarios, trabajadores y gobierno. Para eso es indispensable la transparencia, la franqueza, y el cumplimiento irrestricto de los derechos y deberes de cada uno. Especialmente necesario es el cumplimiento claro y total de la legislación laboral, verdadero “piso” sobre el cuál solamente se podrá edificar una confianza duradera, cuyo fruto será la justicia y la paz social en este momento de crecimiento de Chile.
5. Reciban de corazón mi deseo que el mismo Señor los bendiga. Los saluda afectuosamente,
+ Manuel Donoso D. ss.cc.
Arzobispo de La Serena.