[i]- Con gran alegría, devoción y mucho entusiasmo se vivió este sábado la Vigilia de Canonización del Padre Alberto Hurtado, en la Catedral de Copiapó.[/i]
La jornada congregó a más de 700 personas, provenientes de las parroquias, colegios, instituciones y movimientos del valle de Copiapó. La celebración comenzó con un saludo del Obispo diocesano, Monseñor Gaspar Quintana, quien desde Roma motivó a los fieles reunidos, a vivir la vigilia con agradecimiento y alegre expectativa, e invocó para los presentes el amparo de la Virgen María.
Estuvieron presentes el Vicario General de la diócesis, Padre Aquiles Altamirano, el párroco de la Catedral, Padre Fernando Vega, el Vicario de Valle, Padre Mauricio Bridio, y quien estuvo a cargo de la animación, el Vicario de Pastoral, Padre Eduardo Avalos. A ellos se sumaron diáconos y representantes de las parroquias, que estuvieron a cargo de las lecturas y los signos de los distintos momentos.
La colorida asamblea estaba compuesta por personas de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores. Para quienes no pudieron ingresar al templo, se ubicó en el atrio de la Catedral una pantalla que transmitió lo que ocurría al interior.
Con Cristo, en el mundo
La vigilia se compuso de tres momentos, todos complementados con diversos signos y apoyo audiovisual. El primero,
“Centralidad en Cristo”, destacó cómo el Padre Hurtado siempre tuvo como el centro de su vida a Cristo, y su seguimiento.
El segundo momento se denominó
“Cristianos en el mundo”, y consistió en señalar cómo el jesuita vivió valientemente, como un verdadero cristiano en medio del mundo, con sus problemas, injusticias, con su dolor, y que precisamente en esa realidad vio a Cristo reflejado en quienes le rodeaban, especialmente los más pobres.
El tercer y último momento fue
“Llamados a la santidad”, para advertir que todos estamos invitados a alcanzar la santidad en nuestras vidas, con los problemas y situaciones cotidianas, siguiendo el ejemplo de un hombre que experimentó, por ejemplo, la pobreza, las dudas, los conflictos, y sin embargo, pudo seguir a Cristo.
Terminando la jornada
Al finalizar la Vigilia, los jóvenes continuaron alegremente sus actividades en la parroquia San Francisco, donde se reunieron para esperar la transmisión en vivo desde Roma, y ver en directo la proclamación del nuevo Santo chileno. Este momento fue saludado con campanadas de las Iglesias y con los gritos de júbilo de los jóvenes reunidos.
Por su parte, el Hogar de Cristo y sus distintos programas, después de participar en la Vigilia, se concentraron en la Plaza de Armas, para vivir su “Santo Carrete”, hasta alrededor de las 5 de la madrugada.
Así, Copiapó vivió una jornada de fiesta, la comunidad saludó al nuevo Santo con fe y admiración, y con la esperanza de que la canonización de Alberto Hurtado nos llame a todos a ser constructores de un mundo mejor, más acogedor, compasivo y humano.
La diócesis concluyó las celebraciones de canonización con misas de Acción de gracias a Dios en todos los templos, por el hermoso regalo de tener un santo nacido entre nosotros, San Alberto Hurtado.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 24-10-2005