En una Eucaristía cargada de simbolismos, los peregrinos chilenos se congregaron en la Basílica de San Pedro para agradecer la canonización del Padre Hurtado.
Cardenal Angelo Sodano destacó el inmenso amor que el nuevo santo chileno tuvo por el Señor y por la Iglesia.
Un llamado a asumir el mensaje de San Alberto Hurtado como propio hizo a los chilenos el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Angelo Sodano, durante su homilía en la misa de acción de gracias por el nuevo santo, que presidió este lunes 24 de octubre en la Basílica de San Pedro.
"Queremos prometer al Señor que lo haremos nuestro, para que en la patria chilena, que él tanto amó, se difunda cada vez más el Evangelio de Cristo, transformando las mentes y los corazones, y construyendo así un futuro cada vez más luminoso para toda la Nación", señaló el purpurado.
La Eucaristía, a la que asistieron miles de peregrinos de nuestro país, fue concelebrada por todos los Obispos de Chile que viajaron a Roma. También estuvo el Cardenal Julio Terrazas, Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Entre los peregrinos se contaban los presidentes de ambas cámaras legislativas y otras autoridades integrantes de la delegación oficial de Chile.
Antes del inicio de la Misa, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz agradeció al Secretario de Estado por presidir la Eucaristía y expresó la profunda alegría e indecible gratitud de la Iglesia y del pueblo chileno.
Amó a Cristo y a la Iglesia
En su
homilía, el Cardenal Sodano sostuvo que la figura del Padre Alberto Hurtado Cruchaga, ilustre hijo de la nación chilena, se añade a la de tantos hombres y mujeres de fe que han brillado con luz meridiana en el firmamento de Chile.
"Hoy en la gloria del cielo contemplamos no sólo a santa Teresa de los Andes o a la beata Laura Vicuña, sino que vemos una estrella luminosa más, que nos indica el camino, como la que guió a los Reyes Magos a descubrir a Jesús. Es la estrella del Padre Alberto Hurtado, de este hijo de Viña del Mar que, en Santiago y en tantas otras ciudades de Chile, anunció con su palabra y su vida el Evangelio de Cristo", dijo el Secretario de Estado.
Al mismo tiempo, manifestó su esperanza en que en un futuro no lejano sean también reconocidas por la Iglesia las virtudes heroicas de los Franciscanos venerados en Santiago, del Cardenal José María Caro, Mons. Ramón Valdés Subercaseaux y el joven laico Mario Hiriart, del Movimiento de Schoenstatt.
Añadió que la Iglesia agradece a Dios por el don de la santidad con la que Él siempre hace hermosa a su Iglesia. "Y, en nuestro caso, por el don de la santidad con la que hace hermosa ante el mundo a la Comunidad cristiana de Chile y a la Familia religiosa de la Compañía de Jesús".
El Cardenal Sodano tuvo una palabra especial para los peregrinos chilenos que han hecho grandes sacrificios para afrontar este largo viaje.
Agregó que el secreto de los santos ha sido su profunda unión con Cristo. "El secreto de los cristianos de hoy, entre tantas dificultades y pruebas de la vida, es y será siempre una profunda unión con Cristo, así como lo ha sido para todos los Santos".
Destacó el Cardenal Sodano que también fue éste el secreto del sacerdote jesuita en "aquel apostolado, que tanto admiramos, entre los jóvenes y los pobres, en los ambientes de la cultura y del trabajo, en la cátedra del Colegio San Ignacio, del Seminario Pontificio de Santiago y de la Universidad Católica, así como en la humilde casita del pobre o bajo los puentes del río Mapocho".
Recordó el gran amor que el Padre Hurtado tuvo a Cristo y a la Iglesia, amor que "le impulsó a llevar, como un río caudaloso, continuas ayudas a todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, sobre todo a los más pobres y los que sufrían".
Presencia chilena
En la procesión de ofrendas, dos matrimonios chilenos llevaron una bandera nacional y un retablo con las imágenes de los dos santos chilenos y de la beata Laura Vicuña. Un matrimonio mapuche llevó el pan y el vino.
Al final de la Eucaristía, se entregaron distintos obsequios al Secretario de Estado. Uno de ellos, las Obras Completas del Padre Hurtado, editadas por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Toda la ceremonia religiosa fue acompañada por el coro de parroquias de Santiago que viajó desde Chile. Y al finalizar, la cantante Cecilia Echenique interpretó el Himno oficial de la canonización, compuesto por Jaime de Aguirre.
Su melodía resonó con claridad en toda la Basílica de San Pedro, para alegría de los todos los chilenos que asistieron a la solemne ceremonia de acción de gracias por el nuevo santo de nuestra patria.
Como si no bastara con la canonización de Alberto Hurtado, los chilenos recibieron otro regalo: se abrió especialmente para ellos la puerta Santa Marta de la Basílica, y pudieron recorrer los jardines vaticanos donde se encuentra la imagen de Santa Teresa de Los Andes.
Homilía Cardenal Angelo Sodano
Fuente: Prensa Canonización
Vaticano, 24-10-2005