Emotivo homenaje en Roma al sacerdote André Jarlan

Emotivo homenaje en Roma al sacerdote André Jarlan

Una estola del asesinado sacerdote francés fue depositada en uno de los altares de la Basílica de San Bartolomé, como reconocimiento a su sacrificio y entrega a los más pobres.

Viernes 21 de Octubre de 2005
Un emotivo encuentro de oración y homenaje al Padre André Jarlan se realizó esta noche en Roma, en el marco de la canonización del Padre Alberto Hurtado. La liturgia se efectuó en la Basílica de San Bartolomé y fue organizada por la Comunidad de San Egidio, instancia creada en 1968, a la luz del Concilio Vaticano II. Presidió la ceremonia el Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Alejandro Goic.

“No se es feliz lejos de los pobres, no hay felicidad lejos de los pobres”. Con estas palabras, Andrea Ricardi, director de la comunidad de San Egidio, inició la ceremonia en memoria del Padre André Jarlan, en la Basílica de San Bartolomé. Ésta fue construida en el siglo X, y actualmente se encuentra dedicada, por voluntad de Juan Pablo II, a los testigos de la fe del siglo XX. Confiada a la comunidad de San Egidio, en ella se encuentran recuerdos de mártires africanos, europeos, asiáticos y americanos.

“El padre André Jarlan fue amigo de los jóvenes, de los pobres y de Jesús, vivió profundamente sus servicio sacerdotal, a tal punto que murió sobre su Biblia. Para nosotros es un honor recibir su estola, y en retribución a ese gesto le damos a la Iglesia de Chile nuestra amistad y nuestra oración”, fueron parte de las sentidas palabras que pronunció Ricardi

El ejemplo de un creyente

“Nosotros hemos venido desde lejos para asistir a la fidelidad de un chileno excepcional y de un creyente ejemplar, como es Alberto Hurtado, y también la fidelidad martirial de André Jarlan que en medio de los pobres dio su vida para ser fiel al Evangelio de Jesús ejemplar”, dijo Monseñor Goic, al agradecer el homenaje de la comunidad de San Egidio.

“Alberto Hurtado dijo en una ocasión que el santo hace al mundo más bello, más bueno. Sin duda que su vida, como la de André Jarlan, han hecho a Chile más rico, más humano, más bello y más bueno”, agregó.

Por su parte, Monseñor Manuel Camilo Vial, Obispo de Temuco y Presidente de la Comisión de Canonización del Padre Hurtado, hizo un emotivo recuerdo del P. Jarlan, al señalar que a él le correspondió recibirlo, siendo Vicario Episcopal de la Zona Sur de Santiago, como misionero en Chile.

“Para mi es muy emocionante este homenaje a un hermano mío, muy querido en nuestra Patria, como es André Jarlan. Él llegó sin ningún título a la población La Victoria. Era muy sencillo, de mucha vida interior. Se conquistó rápidamente el corazón de los pobladores, especialmente de los jóvenes, poniéndose plenamente a su servicio. Se dedicó a los más pobres, a los más necesitados, a los jóvenes alcohólicos y drogadictos”, indicó Mons. Vial.

“El final de André todos lo conocemos. Murió asesinado por una bala, durante una protesta, mientras leía la Biblia. Era el momento de una protesta. Él no murió con un arma en la mano, murió con la Palabra de Dios en sus manos, ofreciéndose al Padre Dios. Su sacrificio ha servido para que muchos de nosotros tomáramos las armas de la paz para luchar contra el mal, el poder del demonio, contra todos esos poderes fácticos que destruyen y hacen sufrir al hombre y que muchas veces generan más violencia”, indicó el Obispo de Temuco.

“Con orgullo cristiano les agradezco este reconocimiento y me alegro de que la Iglesia pueda valorar este testimonio que nos merecen también esa fuerza interior para hacer vivo el evangelio entre nuestros hermanos”, terminó señalando Mons. Vial

En reconocimiento al sacrifico del Padre André Jarlan fue depositada una estola suya en el altar dedicado a todos quienes en América Latina han ofrecido sus vidas en la lucha por la paz y la justicia el continente.

La comunidad de San Egidio

La comunidad de San Egidio surgió en Roma en 1968, como un movimiento de laicos comprometido con la caridad y la paz. Hoy desarrollan trabajos en más de 70 países y está integrada por 50.000 personas. Sus pilares centrales son la solidaridad, el ecumenismo, la oración el diálogo y la comunicación del Evangelio.

El Padre Jarlan

Nació el 25 de mayo de 1941 en Reginac, Francia. El 16 de junio de 1968 fue ordenado sacerdote diocesano en Rodez y nombrado vicario de la parroquia de Aubin, zona minera, donde rápidamente entró en contacto con el mundo obrero. Pronto fue asesor de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y de la Acción Católica Obrera (ACO) de su región.

Sus amigos de ese tiempo lo describen como "un hombre siempre disponible, abierto al diálogo con la gente y que después de su descubrimiento del mundo obrero había elegido vivir junto a los más desheredados". "Exigente consigo mismo, también reclamaba a sus colaboradores una entrega total, la mayor generosidad".

Su vocación lo llevó, en 1982, a querer prestar su servicio en América Latina. En febrero de 1983 llegó a la parroquia Nuestra Señora de la Victoria, en Santiago de Chile. Sabía que sería una misión difícil, pero estaba feliz ante la idea de compartir su suerte con los pobres, a quienes está dispuesto a dar todo sin reservas", según palabras de su hermano Georges.

Llegó a Chile el 23 de febrero de 1983. Murió el 4 de septiembre de 1984, aproximadamente a las 18:45 hrs. Una bala le quitó la vida cuando estaba orando el Salmo 129.


FOTOGRAFÍAS EN ALTA RESOLUCIÓN


Fuente: Prensa Canonización
Vaticano, 21-10-2005