De la hospedería al Coliseo... de Chiloé a las catacumbas
Mientras Roma vivía un paro de locomoción colectiva, los invitados VIP de la Canonización del Padre Hurtado recorrieron lugares históricos de la ciudad. Rostros y testimonios de peregrinos chilenos.
En su primer día en la capital italiana, la paralización del transporte público no fue un impedimiento para los peregrinos chilenos que forman parte de la delegación de invitados especiales a la Canonización del Padre Hurtado. Este jueves visitaron el Coliseo Romano y las catacumbas de Santa Priscilla, en Roma.
El Padre Rodrigo Tupper, encargado en Roma de la Comisión Canonización, les dio la bienvenida en el inicio del recorrido por el Coliseo. Allí se dieron cita los "patroncitos" del Hogar de Cristo y los representantes de etnias y sectores de Chile, especialmente invitados para este acontecimiento espiritual.
Servando Lingo, del Hogar de Cristo de Coyhaique, describió este momento como un hermoso regalo que les dio el Padre Hurtado. Gertrudis Gálvez, del Hogar de Cristo en Renca, expresó: "Ahora me muero contenta, Señor, contenta, gracias a Dios y el Padre Hurtado".
Imagen de Gertrudis y Servando en Roma
"Hasta ahora siento que estoy viviendo un sueño. Era inimaginable para mí todo este viaje. Es mi patrón quien me invitó", confidenció Rosa Valenzuela, de Rancagua, quien visitó los lugares históricos de Roma junto a Joaquín Garcés.
Imagen de Rosa y Joaquín en Roma
Otros centenares de chilenos coincidieron con los invitados especiales en este recorrido. Entre los peregrinos se contaba una delegación educativa salesiana de Punta Arenas, compuesta por 12 jóvenes y 7 adultos. El responsable pastoral, Luis Cárcamo, relató que estuvieron en Florencia y se quedaron sin tren. Todo el grupo durmió en la estación de trenes esperando a que partiera el primero del día siguiente, a las 5 AM.
Imagen delegación salesiana magallánica en Roma
También estuvo recorriendo los históricos lugares la familia Isla Ortega, de Santiago. El Padre Hurtado mejoró a dos nietos. Camila sanó completamente de un cáncer y Raimundo quedó sin rastros de una quemadura en rostro y cuerpo producto de un accidente.
Imagen de la Familia Isla Ortega en Roma
Historias de dolores y esperanzas. Anécdotas. Historias de sanación. Testimonios de la presencia del Señor a través de su apóstol Alberto Hurtado.
Fuente: Prensa Canonización
Roma, 21-10-2005